El primer fabricante fue Opel, con su Ascona. Concretamente el que equipaba el propulsor de 1.8
litros. Las primeras unidades se entregaron el 7 de diciembre de 1984, y su primer cliente fue la Policía alemana, que los mantendría en su flota durante bastantes años, incluso tras renovar en distintas ocasiones el parque móvil.
A mediados de 1989, Opel anunciaba la implantación en prácticamente toda la gama de mecánicas gasolina del catalizador. Esta medida, además de una motivación medioambiental, contaba con distintas ventajas fiscales, que incluso llegaba a veneficiar al usuario final.
19 de 20 modelos lo equiparon en 1989
De esta forma, Opel se adelantaba al resto de sus competidores. Gracias, en parte a que General Motors ya contaba con una amplia experiencia tecnológica en Estados Unidos, ya que en aquel mercado su uso era obligado.
De esta forma, Opel pasó a llevar la delantera en una lucha contra la contaminación, y cumplir con la normativa que llegaría en 1992, gracias a la cual los fabricantes estaban obligados a equiparlo de serie en toda la gama.
Pero, ¿Sabes realmente que hace un catalizador? Un catalizador tiene la importante misión de transformar gases como combustible sin quemar, monóxido de carbono (CO) y óxidos de nitrógeno (Nox) en dióxido de carbono (CO2) y agua (H2O).
Para ello, se recurre a unos metales preciosos que se encuentran incrustados en el interior del catalizador, y que permiten reaccionar a los gases transformándolos.
Ya hace 20 años desde aquel Opel Ascona, pero desde entonces, el catalizador ha ido recibiendo numerosas renovaciones y actualizaciones para que, cada vez, permita a los motores contaminar mucho menos.
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