Cuando hablamos de un concept car por lo general la curiosidad nos invade ya que estos son considerados la base de cualquier coche de producción, pero el caso en particular del coche el cual les estaremos comentando en este artículo parte de un modelo que ya estaba en producción.
Bajo la denominación de "Caimano" este coche fue presentado en el Salón del Automóvil de Turín en el año 1971 por el reconocido fabricante de coches Alfa Romeo. El proyecto Caimano nació como un encargo que realizo Alfa Romeo a Giorgetto Giugiaro, tal tarea tenía como únicas exigencias por parte de la firma que se creara un modelo totalmente nuevo que no se pareciera a nada, y mucho menos a ninguno de los autos que se hubiese construido hasta ese momento, es decir, y en palabras más sencillas, que no estuviese apegado a las ataduras de los modelos de producción.
Obra de Italdesign
La fabricación de este coche fue una obra de Italdesign y se utilizó como base para llevar a cabo este proyecto un sencillo sedán compacto fabricado por Alfa Romeo conocido como Alfasud, con unos rasgos estéticos en su carrocería muy particulares; este automóvil fue considerado el precursor de los coches con forma de cuña. El resultado final, por lo menos en la parte estética, fue un coche con un diseño futurista el cual difícilmente podría ser relacionado con el Alfasud.
Parte de su estética
Aunque el diseño de este coche como ya se mencionó era realmente futurístico y muy poco convencional, su principal atractivo en realidad se centraba en el parabrisas del coche el cual estaba montado sobre una estructura que también incluía las falsas puertas; esta estructura se levantaba por completo en forma recta para permitir que sus pasajeros pudieran acceder de manera cómoda al interior del coche. El aspecto del parabrisas inmediatamente hacia pensar o relacionarlo con la forma de una nave espacial. La apertura de la parte frontal del coche, es decir, del apartado del motor, también hacia parte de un conjunto en el que se eleva el capo junto con los paneles laterales. En la parte trasera observamos dos grandes pilares en forma de triangulo que, aparte de agregar rigidez a la estructura, funcionaba como una barra estabilizadora. Además incluye una suerte de spoiler que se podía ajustar a cuatro diferentes posiciones gracias a unos controles específicos ubicados en el interior del coche y que contribuía a mejorar la aerodinámica.
El chasis fue reducido casi ocho pulgadas, haciendo que la distancia entre los ejes sea más corta mejorando así el dinamismo en la conducción. Al carecer de puertas reales se agregaron dos pequeñas ventanillas que ofrecían ventilación a baja velocidad, inclusive para realizar operaciones normales tales como pago de peajes entre otros. Las ópticas de iluminación escamoteables y el emblema de la firma en color naranja de gran tamaño sobre la cubierta del motor le agregaban personalidad.
Dentro del habitáculo
La parte interior del coche no se queda atrás en cuanto a diseño poco convencional ya que podemos observar la dedicación de los diseñadores para lograr obtener un contraste con la estética externa que lucía el Caimano; entre otras cosas notamos unos asientos de cuenca forrados en cuero de color negro, ofreciendo una cómoda posición de manejo, pero el principal protagonista del interior del coche realmente era su salpicadero el cual lucia una forma cilíndrica y un cuadro de instrumentos de gran tamaño en el que los valores de sus lecturas se movian en forma horizontal.
Sistema de propulsión
El Alfa Romeo Caimano mantiene el sistema de propulsión original del Alfasud, a saber, un motor de gasolina Boxer H4 de 1.3 litros capaz de generar hasta 86 caballos de poder, manteniendo el esquema de tracción delantera en combinación un una transmisión manual de 5 velocidades. Como podemos apreciar al parecer los creadores de este particular concept car no prestaron mayor atención al apartado mecánico, por ello asumimos que la intensión era marcar una diferencia en cuanto al diseño de su carrocería y queda claro que el objetivo fue alcanzado lo que nos hace suponer que tal vez, si no hubiesen mantenido el humilde sistema de propulsión del Alfasud, el éxito de este coche hubiese estado totalmente garantizado.
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