Como vimos en la anterior parte de este reportaje, el nuevo Ford Mustang incluso en Europa supone una excelente alternativa frente a los tradicionales modelos del segmento coupé. Y no solo por precio, que es muy aquilatado incluso en nuestro país. Sino que nos permite acceder a toda una leyenda del motor, como es el emblema Mustang, anteriormente vetado al público europeo. Aunque durante décadas ha habido importadores paralelos que siempre han encontrado hueco en el mercado para un vehículo de estas características. En esta ocasión, hemos podido trastear con todo detalle la versión 2.3 EcoBoost gracias a la colaboración de ValSur-Car, concesionario oficial Ford que nos permitió desgranar con todo lujo de detalles este ejemplar del nuevo Mustang.
El nuevo Mustang VI rompe visualmente con su legado anterior. Aunque sí que toma ciertos rasgos que son inequívocamente Mustang, como son los grupos ópticos traseros, que forman tres volúmenes verticales muy marcados, a semejanza de los pilotos traseros verticales de la primera generación del Pony Car.El diseño sobre todo del frontal recuerda en parte al prototipo Giugiaro Mustang de 2006. Un proyecto de ItalDesign firmado por Fabrizio Giugiario, hijo del gran Giorgetto Giugiaro, fundador del estudio de diseño italiano. Ese prototipo se basaba técnicamente en el Mustang GT de quinta generación, por lo que instalaba un V8 de 4.6 litros. Este proyecto de Giugiaro reestilizaba las líneas clásicas de las que estaba dotado el Mustang V, dotándolo de un interior prácticamente futurista, muy imaginativo.
Si observamos el frontal de este prototipo, podemos apreciar ciertas líneas empleadas en el Mustang actual, que además trata de adoptar el nuevo lenguaje de diseño de la marca. Con unos faros que se hunden con respecto a la parrilla, de manera similar pero menos pronunciada en el prototipo y con una parrilla más estrecha y de forma trapezoidal.
Así mismo, en el prototipo italiano apreciamos el protagonismo que adquieren los pasos de rueda, con un abombamiento nada sutil y donde nacen unas líneas de estilo paralelas que recorren todo el lateral del vehículo. Estas claves de diseño, las podemos encontrar en el nuevo Mustang, aunque reinterpretadas y con más riqueza visual. Dotando al deportivo americano de una carrocería tremendamente musculada y con mucho relieve, al contrario que su antecesor, que si bien mostraba un trabajadísimo diseño en cuanto a su imagen retro, carecía completamente de relieve en los paneles de su carrocería.
Comparado con este, además, el nuevo Mustang se muestra mucho más estilizado, enfatizando así su imagen de coupé, en lugar de parecer un vehículo más convencional. Curiosamente, aunque el Mustang de VI generación solo es un centímetro más bajo, la anterior generación parece mucho más alta. Lo cual es un efecto óptico provocado por el diseño en caja, que hace parecer mucho más voluminoso al modelo anterior.
Con el Mustang, Ford Europa vuelve a contar con un coupé en su gama, no obstante, ante la pregunta de si la inclusión del Mustang puede tapar el hueco que dejaron modelos como el Capri o más recientemente el Probe y el Cougar, creemos firmemente que no. Ya que a pesar de que todos ellos estaban relacionados en cierta manera con las generaciones coetáneas del Pony Car, lo cierto es que eran vehículos de otra categoría y segmento.
En el caso del Capri, este trataba de reproducir en Europa el efecto del Mustang, aunque tomando como base el Ford Cortina. Por lo que el Capri lanzado en 1969 era unos 40 centímetros más corto que la primera generación del Mustang, que estaba en ese momento en el mercado, y por tanto no lo podemos considerar del mismo segmento. De hecho, el Capri fue comercializado a partir de 1970 en muy diversos mercados, como en Estados Unidos, contando en algunos incluso con motorizaciones V8.
En el caso del Probe y del Cougar, el primero de ellos nacía como alternativa económica para suceder el Mustang, perdiendo incluso la tracción trasera. No obstante, finalmente Ford decidía comercializarlo a partir de 1989, tras el cual, fue sustituido en múltiples mercados por el Cougar, en 1998, que finalizaba su andadura comercial en 2003 sin sucesor.
En cualquiera de los tres casos, hablamos de coupés de tamaño medio, de corte económico y derivados de modelos del segmento D. En el caso del Cougar el Mondeo, y por tanto no deportivos propiamente dichos. Por lo que no podemos considerar al recién llegado Mustang como el sustituto espiritual de estos, ya que incluso en las generaciones precedentes, siempre ha estado un escalón por encima de estos.
Ahora Ford Europa sí cuenta con un deportivo auténtico. De espíritu y sabor americano y por tanto difícilmente comparable al segmento deportivo al que estamos acostumbrados en Europa, pero igualmente atractivo para cierto sector de la población. No obstante, esto no significa que gracias a su portentoso ratio potencia / precio vaya a disponer de un elevado número de ventas.
Al contrario. Sobre todo en nuestro país, será un modelo minoritario. Que será incluso muy raro de ver en determinadas zonas del país. Y no porque le puedan faltar argumentos al Mustang en cualquiera de sus versiones, sino porque precisamente para el público europeo es una novedad, y más que probablemente no lo valoren realmente como es. El verdadero Mustang.
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