Aun siendo una berlina con un pasado que se refleja en las formas y dimensiones, el diseño es innovador y muy atractivo. Tanto en la parte delantera como trasera el equipo de iluminación se alzan como elementos clave en el nuevo look de este vehículo y se muestran con unas líneas perfiladas y con más segmentos rectilíneos que el anterior modelo.
La rejilla central sobre el paragolpes delantero es más proporcionado que la anterior sonrisa que lucía el modelo precedente. El logotipo de Mazda se erige como punto clave en esa zona que viene a ser señalado por el ángulo interior de los faros y sustentado por una tira cromada por debajo que duplica el dibujo de la insignia de la marca. Un labio inferior oscuro ayuda a darle un aspecto más agresivo al frontal.
Analizando la trasera, se percibe mayor rudeza en la nueva imagen. De nuevo los pilotos señalan al centro y se funden, otra vez, con una banda metálica sobre el portamatrículas paralela a una leve elevación del portón del maletero y que, es su conjunto, es ensombrecido finalmente por el difusor inferior.
Pronto tendremos más información sobre datos técnicos, versiones, fechas de comercialización y precio para España.
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