Debido a que sus Vantage y DB9 no han superado el test de impacto lateral, Aston Martin ha estado muy cerca de verse en la obligación de abandonar temporalmente y de forma obligada las ventas de deportivos en el mercado estadounidense, algo que no saldría nada rentable, debido a que perdería una gran parte de pastel.
La solución que proponía NHTSA era la de adecuar sus modelos para superar estos test, pero es algo que, obviamente, requiere un gran trabajo técnico detrás, con un elevado coste que no se amortizaría a medio plazo, y por si fuera poco, Aston Martin está trabajando de lleno en los reemplazos de toda su gama, por lo que el fabricante británico se ha visto en la obligación de pedir una exención que parecía que no se iba a conceder.
Aceptada, pero con condiciones
Finalmente, NHTSA ha aceptado la solicitud entregada por Aston Martin, pero esta tiene una serie de requisitos que se deben cumplir a rajatabla. Para empezar, el Aston Martin DB9 Coupé deberá pasar la homologación del test de impacto lateral antes de agosto de 2016, mientras la gama Vantage y el DB9 Cabrio deben estar homologados antes de agosto de 2017.
Esto significa que Aston Martin puede seguir en el mercado estadounidense con total tranquilidad, y los empleados de las distintas concesiones pueden respirar aliviados, además, estas limitaciones en fecha de NHTSA puede servirnos de calendario en el que basarnos para conocer los próximos lanzamientos del fabricante británico, que seguro se amoldarán a estas fechas para los próximos lanzamientos.
Sin embargo, seguro que la decisión final de NHTSA no estará exenta de polémica, ya que todos los fabricantes han tenido que adaptar a marchas forzadas sus modelos para poder continuar sus ventas en el mercado, sin necesidad de solicitar exenciones, algo que seguro no gustará mucho.
Estaremos especialmente pendientes de todas las reacciones que se produzcan alrededor de esta noticia, que probablemente no serán pocas.
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