Cuando en 2010 recibimos las imágenes y la noticia sobre el prototipo que veríamos y vimos en el Salón de París, muchos quedamos con la boca abierta y pidiendo sin ningún tipo de tapujo que este concept no se quedara en eso: un coche de salón.
Parece que las intenciones de Audi no eran ni siquiera tantear el terreno, como algunas veces se hace, sino que era una declaración de intenciones: el vehículo que veíamos era lo que parecía, el sucesor de una leyenda llamada Quattro.
El vehículo que durante los años 80 luchaba y ganaba carreras y títulos contra otros cocos en el Mundial de Rallies (WRC) en manos de pilotos míticos para la afición, y que en los 90 cesaba su producción, vendría a llenar el profundo hueco entre el cupé más caro pero mundano de Audi, el TT RS y la versión más económica del supercar de Audi, el R8.
El futuro se basa en su pasado y en el presente
El vehículo estará disponible en 2015, momento en que la propia tracción Quattro popularizada por la marca cumplirá su 35 aniversario, de ahí que la nomenclatura interna de este modelo sea la de Q35 y usa la letra Q delante porque parece ser que la carrocería mezclará el estilo cupé de tres puertas del A5 y el volumen y tamaños próximo al del Q5, veremos cómo acaba el diseño final.
Mecánicamente, la tecnología Quattro implica tracción integral mediada por una caja de cambios de doble embrague de tipo S-Tronic, que reciba y transforme el trabajo del motor en movimiento. El corazón que anime al modelo en sí será el bloque de cinco cilindros de 2,5L de volumen y 380CV, TFSI, es decir, turboalimentado.
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