Los jardines de la Casa de Mónico en Madrid estuvieron plagados no solo de superdeportivos y vehículos exclusivos actuales. Los verdaderos protagonistas de la velada fueron asl docenas de joyas clásicas que se dejaron ver por allí ese día. Con una amalgama de modelos realmente heterogénea, de muchas épocas y categorías, desde pequeños europeos como el AC Bristol hasta enormes y ruidosos muscle car americanos, como el AMC Javelin restaurado por el taller toledano MotorKrash.
Con un plantel así, era complejo poder centrarse debidamente en una sola máquina debidamente, por lo que el paseo por el recinto nos iba deparando numerosas sorpresas, como el Lancia 037 Stradale de color rojo, un ejemplar extremadamente raro de ver, pero del que existe actualmente un ejemplar en el centro peninsular y que se deja ver de vez en cuando.Algunos modelos históricos eran auténticos iconos del motor, como la extraordinaria pareja formada por el Ferrari F40, una unidad en un estado envidiable, que estaba acompañado por una barqueta de competición de la marca, un precioso Dino. De la misma marca llamaban la atención sobremanera distintas versiones del Testarossa, del que encontrábamos un ejemplar de la primera generación, nacida en 1984, y uno de los escasos F512M, la última iteración del modelo, nacido diez años después y que es fácilmente reconocible por abandonar las ópticas delanteras de tipo retráctil y las célebres lamas traseras que ocultaban sus faros por unos pilotos de tipo circular como suele ser habitual en los modelos de la marca.
Mercedes mostraba algunos SL de diversas épocas, junto a un precioso Aston Martin DB5 de color plata. Cerca del británico encontrábamos el F512 M mencionado junto a un precioso Ferrari 308 GTB quattrovalvole y un estupendo 330 GT, y no muy lejos, se encontraba un Ferrari 246 Dino GT, un modelo que pasados los años continúa pareciendo tan esbelto como siempre. Otro de los deportivos clásicos de la marca italiana era un 275 GTB4 de color plateado, también con un estado de forma envidiable y que tuvimos la suerte de escuchar, al igual que el ronco sonido del F40, durante el paseo frente al jurado del concurso de elegancia.
Variedad
De la casa alemana Porsche encontrábamos un 356 Speedster, del que su magnífico estado de conservación nos hace dudar de si se pudiera tratar de una réplica. Varios 911 de diversas generaciones jalonaban el césped de la finca madrileña.
Tampoco podía faltar un ejemplar del Jaguar E-Type, el deportivo británico por excelencia que en este caso se encontraba descapotado, la mejor estampa del Jaguar más universal.
En definitiva, Autobello Madrid 2016 volvía a ser una estupenda cita donde no solo se podía disfrutar de los vehículos actuales más exclusivos, también de numerosas de esas pequeñas joyas que llamamos clásicos del motor.
Credit images: Teresa Sánchez y Joaquín Abajo
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