Los datos de mercado del Ford B-Max rozan lo desastroso a nivel europeo y por ello la marca ha decidido cerrar la línea de producción encargada de fabricar este modelo, que en esta ocasión se sitúa en Rumania. Por suerte, de momento los cierres programados serán temporales a la espera de mayor demanda, cierres que por otro lado llegarán de la mano de ajustes de producción en los próximos meses. De momento, la marca ha confirmado que se cerrará una semana en este mes de septiembre y casi dos semanas en octubre, dejando estos ajustes para los dos últimos años del ejercicio.
En total, estos parones organizado suponen de cara a los trabajadores una reducción de un 20% de sus salarios, lo que supone una reducción considerable para los más de 2.500 trabajadores que están empleados en esta línea de producción y por ende reducirá los datos de una fábrica que ha llegado a producir en sus mejores momentos hasta 370 vehículos diarios y un millar de motores en el mismo plazo de tiempo.
Los datos no mienten, pero pueden hacerlo
Tenemos que matizar nuestras palabras, puesto que el Ford B-Max tampoco es que sea uno de esos modelos que no se ven en las calles. De hecho, el modelo familiar compacto de la marca estadounidense es el cuarto modelo más vendido de la marca en el viejo continente con 45.000 unidades en el primer semestre de este año. Sin embargo, estos datos que pueden parecer menos malos de lo que se ha comentado no dejan contentos a una marca que esperaba mucho más de lo que ha conseguido hasta el momento.
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