Las bajas temperaturas hace que consumas más gasolina

En momentos como el actual, donde las bajas temperaturas se han apoderado de la península Ibérica, no es de extrañar que en muchos casos nos hayamos encontrado con un cambio de registro significativo en nuestros coches de uso diario y es que se ha generado un tipo de dinámica que es preocupante. Según se ha podido constatar, todos esos modelos de combustión cuentan con un amplio problema de consumo. Nos lo han vendido perfectamente, pero no es así. Habrán testado multitud de veces los coches en condiciones extremas de frio y calor, pero no es tal como lo plantean.

Las temperaturas bajo cero y extremadamente bajas son perjudiciales para el coche y en especial lo podemos ver con los datos de consumo de combustible. La densidad relativa de los combustibles ha ido variando dependiendo de si usas gasolina o diesel y también dependiendo de la estación climática. Esto hace que la calidad sea prácticamente la misma, en verano, se necesita una presión de vapor de unos 45 a 60 kPa frente a los 50 a 80 kPa que hay en invierno. Esto se debe a que en los meses más fríos, la gasolina necesita una ayuda extra para lograr ese rendimiento que necesita el motor.

Son muchas las marcas que han estado indagando en este terreno y todos han llegado a un punto de unión y no es otro que en temperaturas cercanas a 0ºc, el consumo aumenta entre un 10 y un 15% indiferentemente del coche que se trate.

Los principales motivos

En temperaturas gélidas, el motor necesita más tiempo para calentarse y lograr esa temperatura óptima. Para logarlo utilizan mayor cantidad de combustible. Todo ello, también hay que tener en cuenta la batería, y es que mediante el uso de la misma se eleva el consumo de combustible, generando la electricidad necesaria. Por otro lado, una presión de los neumáticos baja, hará que el coche roce más con el asfalto y aumente la fricción, por lo que necesitará más ayuda del carburante para desplazarse. Cabe destacar que esta situación también perjudica gravemente a los coches eléctricos, que pueden llegar a perder 40km de autonomía.