También he pensado que, en los diferentes reportajes que he podido observar desde hace unos años, he atisbado un aperturismo mediático, sobre todo desde que el MP4-12C se comercializa. Y es que entrar en la factoría de McLaren es como entrar a un quirófano: limpio, blanco, pulcro, impoluto, inmaculado. Como si penalizaran a sus empleados por ensuciar el suelo. Como si manchar fuera motivo de despido (que no lo tengo yo muy claro que no sea así).
De cualquier manera, como aficionado a los deportivos de altas prestaciones, me encanta observar cómo un grupo de personas son capaces de materializar sueños, como ensamblando cientos de piezas inertes e inconexas de por sí fuera de esas instalaciones, pueden dar lugar a una máquina con tanta personalidad como un 12 o, mejor aún, un P1.
La suerte (o la desgracia) es que vivimos en la década en la que Google controla y nos controla, con o nuestro consentimiento, e incluso, a veces, empresas tan claustrofóbicamente enclavadas en una metodología de trabajo secuenciada hasta la máxima expresión, se abren al gran público, y a ojos curiosos procedentes de la competencia, para enseñarnos las zonas más públicas de su centro en la localidad británica de Woking.
No hace demasiadas semanas os anunciábamos que desde Lamborghini se nos presentaba la posibilidad no solo de poder acceder al museo de la fábrica sino a sentirnos en el asiento del piloto del mítico Reventon.
Pues parece que la tendencia se expande y ya no solo son los museos de arte tradicionales sino que la otros ámbitos y culturas, como la automovilística, se prestan a este tipo de visitas que muchos estaríamos encantados de realizar en el "mundo 1.0" pero que, de momento, nos conformamos y agradecemos realizar en el "mundo 2.0" desde el sofá de casa.
Te invitamos a esta visita
Así, es ahora posible visitar el McLaren Technology Centre con tan solo clicar sobre el siguiente hiperenlace. Con una ruta bastante limitada, podemos acceder a dos plantas donde seremos capaces de "asomarnos" a los boxes donde se trabaja sobre los monoplazas de Formula 1 o bien ver un inmenso pasillo donde se exhiben los trofeos conseguidos desde la fundación de la marca por su creador Bruce McLaren hasta la fecha.
Igualmente, podremos disfrutar de un paseo junto a los vehículos que pilotos míticos como Ayrton Senna o Lewis Hamilton tuvieron la posibilidad de hacer rodar en los circuitos del mundial de la categoría reina del automovilismo como también ver un McLaren F1 tanto de resistencia como de calle presidiendo la gran sala.
Desde aquí solo nos queda preguntaros a qué esperáis para visitar la exposición que Ron Dennis nos ha permitido ver sin ningún tipo de prisa ni agobios, sin empujones y con la tranquilidad del vigilante nocturno que se sabe amo y señor de la calma de una sala vacía donde los tesoros se disfrutan cuando el reloj deja de ser una preocupación.
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