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DIESELGATE

Bosch avisó a Volkswagen de su irregularidad en 2007

Incluso sus propios ingenieros advirtieron de la ilegalidad del software.

Ricardo S. Román

28 septiembre 2015 12:52

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Bosch avisó a Volkswagen de su irregularidad en 2007

Bosch avisó a Volkswagen de su irregularidad en 2007

Cuando sucede un escándalo, una tragedia o un desastre natural, siempre se rebusca en las hemerotecas para averiguar si alguien ya predijo aquello o aviso de esto. Es el caso de Bosch, que según el diario alemán Bild am Sonntag, ya había avisado a Volskwagen de que sus prácticas eran ilegales.

En concreto, en 2007 la empresa que fundara Robert Bosch advirtió al grupo de que usar un software de gestión del motor sería ilegal. Por lo visto, el fabricante alemán hizo caso omiso a esas advertencias.

Parece ser que Bosch proveía a Volkswagen dicho software sólo para propósitos de desarrollo y pruebas, pero resultó que ese software acabó en los vehículos de producción. Bosch escribió un informe avisando a Volkswagen de que era algo que no estaba permitido, pero fueron ignorados.

Pero sin duda algo más grave es lo que puede leer en un reportaje en el dominical Frankfurter Allgemenie Zeitung, en el cual ingenieros de la propia Volkswagen avisaban en 2011 de que esas prácticas podían estar fuera de la legalidad, de acuerdo a los resultados iniciales de una investigación interna.

Una trama de 10 años

El periódico alemán Bild dice que todo empezó en 2005, cuando Wolfgang Bernhard quiso desarrollar un motor diésel que pudiese cumplir con la normativa estadounidense. Bernhard reclutó al ingeniero Rudolf Krebs que desarrolló un prototipo de tal motor que fue probado en Sudáfrica en 2006, con resultados satisfactorios.

Bosch avisó a Volkswagen de su irregularidad en 2007

Según ellos, la única forma de cumplir con la normativa era usar AdBlue, una disolución de urea utilizada en motores diésel de mayor cilindrada. Esto habría supuesto un sobrecoste de 300 euros por vehículo, lo que en la cúpula del grupo consideraron demasiado.

Bernhard dejó Volkswagen en 2007 antes de que el famoso motor se pusiera en producción. Después, siendo Martin Winterkorn CEO de Audi, trasladó al jefe de desarrollo Ulrich Hackenberg y al jefe de motores Wolfgang Hazt, ambos de Audi, a los cuarteles generales de Volkswagen, en Wolfsburgo, para que continuaran el desarrollo de ese proyecto.

Así, el desarrollo terminó y se decidió poner en producción el motor con el software ilegal para varias marcas del grupo Volkswagen.

Cuando dimitía Winterkorn hace unos días, ya avisaban desde la cúpula del grupo que no sería el único, y que todos los implicados en el proceso asumirían las consecuencias. Es probable que las investigaciones se alarguen mucho en el tiempo, pero poco a poco conoceremos más nombres implicados y sabremos a qué consecuencias legales han de atenerse.

Fuente: Autonews Europa

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