Se trata de un proyecto de regulación específica, que busca restringir el tráfico a coches anteriores a la categoría Euro 1 esto incluye también a las furgonetas que fueron matriculadas antes del 1 de octubre de 1994, y los coches matriculados antes del 1 de enero de 1997. Si bien es cierto que los vehículos diésel consumen menos combustible que los vehículos que utilizan gasolina, también es cierto que su nivel de contaminación es 4 veces superior, y esto es debido a que estos emiten niveles elevados de dióxido de nitrógeno (NO2).
Lucharon con su mala fama
A medida que fueron pasando los años, los coches estuvieron bajo la lupa de las autoridades ambientales por lo que fueros sometidos a mejoras que los ayudaron a cumplir con los nuevos requerimientos de emisiones dictados por las directivas estadales europeas. Los antiguos vehículos diésel siempre lucharon con su mala fama de vehículos contaminantes, ¿y cómo no iban a tener mala fama? Si un coche diésel producía a simple vista una gran cantidad de humo negro el cual era visible a kilómetros de distancia, esto nos hacía pensar en contaminación y suciedad.
Gracias a estos detalles que llamaron la atención para aquella época, distintas organizaciones como la Organización Mundial de la Salud emitieron cifras de lo contraproducente que era un coche a diésel por la gran cantidad de óxido de nitrógeno y de partículas sólidas; a raíz de esto, se le exigió a las compañías que fabricaban estos coches que implementaran filtros de partículas sólidas, aunque no fue una solución definitiva, porque luego dejaron de producirlas en la misma cantidad, y obviamente las partículas contaminantes seguían representando un peligro para la salud de las personas.
Surgimiento de normas
Sustancias como el óxido de nitrógeno, que apenas se puede notar en la gasolina, resulto ser un cancerígeno, y que con la ayuda de las calefacciones domesticas contribuyó a empeorar la calidad del aire. Con el paso del tiempo se implementaron políticas en búsqueda de reducir las emisiones; una de ellas es la actual normativa Euro 6 la cual estable que el límite máximo permitido de producción de óxido de nitrógeno es de 80 miligramos por kilómetro, a diferencia de la Euro 5, que permitía 180 miligramos por kilómetro. Y en cuanto a las partículas en suspensión la mejora fue notable, ya que con respecto a la Euro 5 la cual permitía 5 miligramos por kilómetro, la actual Euro 6 establece solo un máximo de 4.5 miligramos por kilómetro.
Se implementan algunas soluciones técnicas
Con la implementación de la Euro 6 se realizaron algunas modificaciones en los motores diésel con el fin de minimizar sus niveles de emisión, la mayoría de esas modificaciones fueron del tipo técnicas como por ejemplo, Incorporación de filtro de partículas, catalizador acumulador de NoX, catalizador SCR con depósito de AdBlue, utilizado por vehículos de gran tamaño y peso, y por último la más innovadora y la más aceptada en la actualidad que es la creación de Motores Skyactiv.
Se puede llegar a pensar que los coches con motores diésel representan el grueso del problema en el tema ambiental, pero no es del todo cierto, ya que los actuales modelos de coches con motores de gasolina con inyección directa y baja cilindrada, resultan hasta 10 veces más contaminantes que los diésel y hasta 1000 veces más que los de gasolina de inyección indirecta. A esto le sumamos que existen otros agentes contaminantes que representan entre un 15% y un 25% de las partículas en suspensión y que son producidas por neumáticos, embragues y desgaste de frenos. Esta prohibición será extendida de manera progresiva al resto de los vehículos diésel hasta el 2025. La meta es que solo circulen coches homologados a la Euro 6.
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