En el extenso mundo automotriz existen muchas personas a las que les apasiona el tema de la tecnología, saber cómo se logran tantas cosas interesantes, pero sobre todo el poder comprender hacia dónde vamos y el porqué de los cambios que se vienen suscitando en todo lo que respecta a la mecánica de los coches. Bien lo decía un famoso científico cuando expresó que la tecnología es un universo pleno que va de la mano con el tiempo, es decir, nunca se detiene porque va en constante evolución. Los cambios ameritan acciones drásticas que a veces nos cuesta aceptar, pero a la larga los hechos logran demostrar que eran necesarios para mejorar nuestro entorno.
La mecánica de los coches es un tema llamativo, y más en nuestros tiempos en el que todas las empresas viven haciendo inversiones para el estudio y desarrollo de nuevos sistemas. Al comenzar la era de los años 1900, por ejemplo, algunas personas se dieron la tarea de anunciar que a futuro sería necesaria una reconversión, por así decirlo, en lo que respecta a los motores de los coches, principalmente porque los niveles contaminantes afectarían nuestro planeta de maneras alarmantes; si bien es cierto que en aquellos años apenas se comenzaba a mover la industria automotriz nunca dejó de ser verdad que, a medida que fueron pasando los años, el daño al ecosistema se volvió insostenible.
Pero eso será parte de otra historia, y de la eterna lucha entre combustión y electricidad que hasta ahora, según se prevé, terminarán en la introducción total de los coches eléctricos en todo el planeta. Sin embargo, en esta oportunidad queremos conocer una parte minúscula de esa "evolución mecánica" por la cual han atravesado los motores a combustión, y para ello queremos analizar de manera muy breve lo que tiene que ver con el tema de la carburación y posterior ascenso a la tecnología de los inyectores.
Su salida fue todo un éxito
El carburador es una pieza importante en la vida de los motores antiguos, de hecho, cuando se creo fue todo un boom, y se consideró como un gran paso en el desarrollo de los propulsores; aunque se mantuvo por muchas décadas como una de las partes vitales para el correcto funcionamiento de los motores la evolución también se apoderó de él, y fue entrando en la década de los años 80 cuando se comenzó a vislumbrar un cambio que promovía el uso de la inyección directa en vez de carburación en los motores.
Parte de su funcionamiento
El carburador es una parte del motor que se encarga de mezclar el aire y la gasolina antes de que estos entren en la cámara de combustión. La función del carburador es que haya una mezcla óptima para que el motor funcione correctamente y no produzca las molestas fallas de carburación; la mezcla tiene ciertos parámetros o medidas que se deben cumplir precisamente para que sea la más adecuada, en este caso se busca una medida de 14.7 partes de aire por cada parte de gasolina. Esta relación de 14.7:1 se la conoce como la mezcla estequiométrica. Es digno mencionar que, cuando la mezcla no es la adecuada, se debe principalmente a que hay demasiado aire y poca gasolina o todo lo contrario, hay mucho combustible y poco aire. Es en ese punto cuando el motor comienza a experimentar ciertas fallas, y muchas veces estos fallos se confunden con los que se producen a causa de la electricidad del coche. Los máximos y mínimos permitidos en medidas cuando hablamos de mezcla son 10:1 y 17:1.
El aire entra por la parte de arriba del carburados, mientras que la gasolina entra a la mitad y de va acumulando en un pequeño contenedor. Hay una pequeña válvula que controla la cantidad de combustible que entra al contenedor, y se activa cuando los niveles de gasolina bajan, dando paso a que se llene el contenedor nuevamente. El carburados tiene en su parte céntrica una estructura venturi. La válvula de estrangulamiento se encarga de regular la cantidad de aire que entra hasta al venturi, mientras que una tercera válvula llamada la válvula del acelerador controla cuanta mezcla entra a la cámara de combustión.
Algunas de sus ventajas
Los carburadores tuvieron un periodo de duración bastante extenso, y esto se debió a la simplicidad de su funcionamiento; en primero lugar no cuentan con muchas piezas, lo que los hizo manipulables para los mecánicos quienes en su mayoría bajaban el carburador, les sustituían las piezas por nuevas que venían en un kit, los limpiaban cada cierto tiempo y luego los volvían a montar. La segunda ventaja es que su costo no era muy elevado, y por ello se convertían en piezas accesibles, aparte de que la mayoría de las casas de repuestos las vendían.
Todavía son utilizados
Aun los carburadores no salen por completo de circulación, de hecho, mientras existan los motores a combustión es poco probable que dejen de existir. A pesar de ello, fueron sustituidos por el sistema de inyección, uno que es mucho más eficiente, pero a la vez es más costoso en cuanto a mantenimiento. Los inyectores gastan menos combustible que los carburadores y ofrecen más autonomía y potencia. En cuanto a mantenimiento son más complicados y costosos, pero pasaron a ser la solución ideal y desplazaron casi por completo al carburador. Existen otros casos en específico donde todavía siguen comandando, como es el caso de los motores dos tiempos, y en la mayoría de las motocicletas.
El carburador es una parte importante del pasado del sector automotriz que seguramente seguirá vigente por algunos años más.
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