Entre las numerosas novedades y presentaciones a las que asistimos en esta edición del Salón del Ginebra se colaba la presentación sorpresa de un modelo típicamente americano y que tiene una presencia anecdótica en Europa, el nuevo Chevrolet Corvette Grand Sport. Una edición especial del Corvette C7 que recupera una denominación histórica y complementa la gama ocupando el espacio que existe entre el brutal Z06 y el C7 equipado con el paquete prestacional Z51.
La denominación Grand Sport no solo apela a la historia más antigua del modelo, que se remonta a principios de los años sesenta, cuando el legendario Zora Arkus-Duntov, primer ingeniero jefe responsable del Corvette desarrolló una versión de competición del Corvette generación C2 para las 24 Horas de Le Mans. Equipado con los potentes motores V8 283 e inyección mecánica se situó primero de la clase GT en la célebre carrera del circuito de La Sarthe.
Este proyecto derivaba entre 1962 y 1963 en la creación del primer Corvette Grand Sport de calle, que con Arkus-Duntov a la cabeza del proyecto, pretendía ser una edición de unos 125 ejemplares para cumplir la homologación de su categoría en las 24 horas de Le Mans de 1963. Sin embargo, solo se habían logrado ensamblar cinco unidades cuando General Motors realizó su histórica orden de eliminar todos los programas de carreras oficiales en todas las marcas del grupo, lo que afectaba sobremanera a Pontiac y Chevrolet, pero que involuntariamente provocaba el nacimiento del Pontiac GTO, y por tanto de la era de muscle cars. Época dorada del automovilismo americano.
Era moderna
Enterrada en el pasado durante décadas, Chevrolet no volvía a emplear la denominación Grand Sport hasta mediados de los años noventa, cuando en los últimos compases de la generación C4 del modelo, se lanzaba la edición limitada Corvette Grand Sport. Este era una versión de carácter y estética más deportiva y contaba con una producción limitada a tan solo 1.000 unidades.
Contaba con el motor V8 LT4 de 330 caballos y una carrocería con pasos de rueda ensanchados. La decoración específica de esta edición especial la completaban una carrocería pintada en color azul Admiral Blue con una gran franja central en color blanco Artic White y dos franjas rojas inclinadas sobre los pasos de rueda delanteros. Las llantas de color negro, eran compartidas con el Corvette ZR-1.
Más de una década después, y de nuevo a finales de la vida comercial del Corvette C6, Chevrolet rescataba esta denominación, que venía acompañada con ligeros cambios estéticos como unas llantas específicas. Al igual que en la generación C4, el C6 Grand Sport estaba disponible en carrocerías cabrio y coupé, pero en este caso dispuso de una producción regular en lugar de ser lanzado como edición limitada, lo que propiciaba que esta fuera la versión más popular de esta generación, acaparando más de la mitad de las ventas, a pesar de haber sido lanzada de manera tardía.
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