Chris Bangle en BMW, ¿tenía razón?

El paso del controvertido diseñador estadounidense por la dirección de estilo de BMW no dejó indiferente a nadie. Condujo la renovación de las líneas generales de la marca, ya gastadas tras varias décadas casi inalteradas, de una manera radical. Cambiando no solo el estilismo de la marca sino el propio concepto de la marca en sí misma, que durante ese tiempo vivía una aluvión de lanzamientos en nuevos segmentos, como el de los SUV. El resultado estético de su trabajo levantó ampollas y los seguidores de la marca se dividieron rápidamente en dos grupos, los que amaban las nuevas líneas y los que simplemente, las odiaban.

Hasta febrero de 2009 dirigió el departamento de diseño de la firma bávara, momento en el que se retiró de forma voluntaria para, según él, realizar nuevos proyectos personales. Aunque siempre se especuló con la idea de que la polémica surgida era el verdadero motivo de su cese, ya que el público personificó en Bangle la autoría de lo sucedido a las nuevas líneas. Hasta el punto que se le atribuyeron ciertas obras que realmente no eran suyas, como el polémico e impopular diseño trasero del Serie 7 E65, llamada despectivamente "trasera Bangle", aunque su verdadero autor fue Adrian van Hooydonk, que trabajando estrechamente con el americano, fue coautor de la política radical de diseño de la marca, incluso fue el creador del vehículo que estrenó esta nueva corriente de diseño, el concept Z9 GT de 1999. Curiosamente, Van Hooydonk fue el sucesor de Bangle como director de diseño de BMW Group, cargo que ostenta actualmente.

Deconstructivismo

El paso de Bangle por la dirección del departamento de diseño marca fue un antes y un después en BMW. A la llamada "era Bangle" se la conoce también como "deconstructivismo", por el empleo inusual de líneas y el tratamiento de los volúmenes y superficies.

Uno de los conceptos más redundantes, que además es empleado para definir sus diseños, es el "Flame surfacing". Acuñado ante el público por el propio Bangle para definir el empleo de afiladas y rotundas uniones entre superficies y volúmenes, en agresivas líneas que se formaban en la carrocería al incidir dos superficies en distinto ángulo. Formando nervios muy marcados sobre la carrocería, que no necesariamente seguían la línea del coche.

Influencia del 'Flame surfacing'

No han transcurrido más que un par de años de la salida de Bangle de BMW, sin embargo, es palpable la intención de la marca en tratar de olvidar la polémica pasada, y en todos los nuevos vehículos se nota un alejamiento de aquellas líneas maestras asociadas a los trabajos del estadounidense, como en el recién presentado serie 3 F30. Sin embargo, en el mundo del automóvil, que tanto lo criticó, se empiezan a notar los primeros efectos directos de sus diseños.

Desde las primeras imágenes del nuevo Mercedes Clase B, llama la atención la línea marcada en las puertas que asciende en fuerte ángulo al acercarse al paso de rueda trasero, detalle similar podemos encontrar en el nuevo Zafira Tourer, curiosamente, otro vehículo de las mismas características y segmento que el Clase B.

Podemos encontrar en toda la gama de SEAT este tratamiento de unión de superficies y líneas fuertemente marcadas por nervios que recorren parte de la carrocería, acentuando ciertas partes mientras se unen los volúmenes delanteros y traseros. Aunque en este caso el sistema ha sido empleado para transmitir mas fuerza y vigor a la composición, tratando de acentuar agresividad y deportividad del vehículo, añadiendo estos detalles a las líneas naturales del vehículo, suponiendo un complemento a las mismas y no forzando asimetrías o desproporciones, como se podían observar en los BMW de la década pasada.

Dos años después de su despedida, sus acólitos continúan en la firma alemana, y la competencia comienza a adoptar aquellas soluciones por las que fue tan duramente criticado. Por lo que cabe preguntar si Chris Bangle, al final, como los grandes genios incomprendidos de la historia, ¿tendría razón?