Hubo una época donde la gente intentaba hacer que el futuro llegara lo más rápido posible, sobre todo en los tiempos cuando el BOOM de la era espacial estaba dando sus frutos, eran tiempos donde las aeronaves estaban surcando los cielos como nunca antes, de tal manera que la industria automotriz no podía quedarse atrás, fue entonces cuando varias marcas mundiales comenzaron a fabricar autos con diseño de aeronaves, en honor a la verdad eran aviones terrestres, tiempos hermosos, románticos y de ardua carrera por mantenerse en la palestra automotriz. Chrysler fue una de las tantas marcas en lograr este tipo de coches con su Turbine Car 1964.
Historia
En la década de 1930 la marca estadounidense Chrysler bajo la dirección del ingeniero ejecutivo George Huebner comenzó hacer ciertas investigaciones con referencia a los motores, y la idea principal del ingeniero era la de crear un motor que fuese propulsado por una turbina cual avión surcando los aires, esto obviamente después de la segunda guerra mundial. Después de varios años y por supuesto, de innumerables pruebas, lograron terminar de gestar lo que sería el motor que iba a estar debajo del capo del recién diseñado Turbine Car 1964.
Este recién inventado motor pesaba 91 kilogramos menos que los motores convencionales de pistón de aquella época aunado a un 20% menos de piezas lo que hacía que la simplificación de este motor fuese estupenda, así que el 16 de junio de 1954 Chrysler dio a conocer públicamente el nuevo motor llamado El Belvedere de turbina, y vale la pena destacar que el primer auto de turbina que Chrysler lanzó al mercado fue el Plymouth el 23 de marzo de 1956, posteriormente en su segunda generación del mismo Plymouth del 1959 también adoptó el mismo motor pero con ciertas mejoras. De esta manera y a través del tiempo llego el Turbine Car 1964 de quien vamos a hablar.
La parte trasera era un avión terrestre
Ya entrando en lo que son las características exteriores de este coche podemos decir que la parte delantera no era muy aerodinámica que digamos, nada que ver con parecerse a una aeronave ya que tenía una parrilla cuadrada con mucho cromo integrada al paragolpes el cual era sumamente bajo y también cromado, mientras que los faros de diseño redondo estaban enmarcados en lo que sería un pequeño diseño de turbina de avión.
En honor a la verdad eso era lo único que tenía parecido a un avión, debajo de los farios encontramos unas luces de cruce con ciertos cuadrados, más ciertas rejillas de entrada de aire en los lados, mismos que realmente era lisos y con cierta simpleza elegante ya que era un auto de dos puertas y con diseño de corte en los guardapolvos traseros, con una platina horizontal que lo cruzaba de un extremo a otro. Ya llegando a la parte de atrás podríamos decir que nos tropezamos con un avión, porque el diseño era increíble con dos alerones laterales que daban la impresión de ser las alas de un avión.
Cabina
Dentro del habitáculo encontramos mucho cuero en dos tonos, platinas cornadas y también en aluminio mate. A pesar de la grande y amplio de este coche digno de aquella época, dentro del habitáculo solo había lugar para cuatro personas debido a que había una división tubular en todo el largo de la cabina, dicha división albergaba muchas funciones de controles aunado a que también ofrecía ciertos compartimientos de almacenaje. El cuadro de instrumento era redondo con un hermoso y delgado volante de dos radios pero con varios aros, y para resumir podemos indicar que la elegancia, confort y componentes un poco adelantado a su época le dada a este coche con cola de avión una singularidad sin igual.
Motor y parte final
El motor que impulsaba al Chrysler Turbine Car 1964 era un A-831 el cual ya era un motor de turbina en su cuarta generación, que con solo una bujía y con 80% menos de peso con respecto a los motores que lo antecedieron hacia que este tipo de motores fuesen únicos, ya que no requerían de anticongelantes, sistemas de refrigeración o un radiador, e incluso podían ser usados con varios combustibles, tales como Diésel, gasolina sin plomo, Queroseno y por supuesto combustibles para aviones. Este motor producía 130 caballos de fuerza asociado a una transmisión Torque Flite de 3 velocidades.
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