Definitivamente los coches antiguos siguen emocionándonos, y esta vez le tocó la oportunidad a uno de los modelos más exclusivos, y talvez, más extraños de la historia. Se trata de un Citroen CX 25 Prestige Turbo del año 1986, un coche de la vieja escuela, que fue diseñado con los más altos estándares de tecnología para aquel momento, y que de hecho, fue uno de los pocos que contó con el sistema de suspensión hidroneumático autonivelante; sabemos que los coches de la firma francesa siempre dan de qué hablar, sin embargo, de seguro este fue uno de los más llamativos para la década de los 80.
Su peculiar estética
A nivel general nos encontramos con un coche un tanto extraño. Se trata de un modelo largo, pero que a su vez cuenta con poca distancia al suelo como se aprecia en las imágenes. Su aspecto realmente es minimalista y evoca lo clásico combinado perfectamente con ciertos aires deportivos. El capo, por ejemplo, es largo y bastante plano, y a un costado cuenta con una especie de relieve que presenta el sello del fabricante. Los faros del auto cuentan con la vieja tecnología de halógeno. La parrilla central está conformada por parales dispuestos en forma horizontal; esta parrilla presenta el eslogan del fabricante. El paragolpes dispone de una entrada de aire central y a nivel bajo. El mismo paragolpes presenta las luces intermitentes o de cruce, mientras que las luces antiniebla se muestran en la parte más baja.
Cuando pasamos a los costados percibimos unas llantas o rines en color plata, que resaltan la parte ejecutiva del coche. Tanto las platinas como la parte baja del coche son de color negro. Las cerraduras de las puertas son del mismo color de la carrocería, mientras que las carcasas de los espejos vienen en color plata y negro. Este coche cuenta con tres ventanas. Los parales de las ventanas son de color plata.
Al llegar a la parte trasera del coche notamos un vidrio trasero de gran tamaño y en forma muy plana; la antena de la radio se ubica en el centro del vidrio y es del tipo convencional. En la parte baja sorprende la instalación de un spoiler que cumple más función decorativa que otra cosa. La tapa que da al maletero cuenta con el nombre del coche y el fabricante. Las luces de freno o stop se dibujan mejor y están acompañadas por las luces intermitentes o de cruce y las luces de retroceso. La parte baja del paragolpes solo presenta una salida de escape.
El habitáculo
Cuando ingresamos al interior del coche notamos que el color negro es el que predomina, comenzando con la tapicería de las butacas, las cuales están forradas en fino cuero de color negro; esta misma decoración se extiende a la tapicería de las puertas y a todo el tablero. El modelo del volante es bastante extraño ya que solo tiene como base un soporte que parte del medio. Los marcadores detrás del timón están conformados por relojes analógicos. Los vidrios del coche son eléctricos.
La mecánica del coche
En lo que respecta a sus prestaciones mecánicas, este modelo, pese a ser fabricado en los años 80, no tiene nada que envidiarle a los coches de nuestra época ya que cuenta con un poderoso motor de cuatro cilindros y 2.5 litros turboalimentado, con una transmisión o caja manual de cinco velocidades.
Sigue siendo atractivo
Para culminar es bueno mencionar la verdadera razón por la que esta versión específica del CX fue apodada Prestige y es que se trató de un modelo más largo que el modelo de distancia entre ejes regular en unas 10 pulgadas, de esta manera ofreció más espacio para las piernas en la parte posterior. En la actualidad son pocos los modelos que se encuentran y que se mantengan en similares condiciones, sin embargo, cabe mencionar que lo más atractivo es la suspensión mencionada anteriormente ya que para la época representó uno de los avances más polémicos del momento.
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