Lo que primero llama la atención es la presencia del coche, con un volumen general más esbelto, rotundo y pegado al suelo que el modelo precedente de 7 plazas. Con respecto a este último tan solo gana 7 mm de longitud, quedándose en 4597 mm, pero pierde 4 en anchura de carrocería (sin retrovisores) y es 76 milímetros más bajo, lo que le confiere una estampa mucho más compacta y estilizada. El cambio de medidas más drástico es el de la batalla, que aumenta hasta los 2840 mm, 112 más que la generación anterior del 7 plazas, lo que repercute en un mayor volumen interior.
Con respecto a la versión del C4 Picasso de 5 plazas mantiene la cota de anchura, 1826 mm, pero aumenta la longitud total en 169 mm y la batalla, que gana 55 milímetros para ofrecer más espacio en el habitáculo a la vez que se mejora el centro de gravedad y por tanto el aplomo y comportamiento en carretera. La altura total también aumenta ligeramente 9 mm.
Apartado técnico
En el primer artículo ya vimos las distintas posibilidades que ofrece la nueva plataforma EMP2, estrenada en el C4 Picasso de 5 plazas y compartida por el modelo de 7, al igual que prácticamente todo el esquema técnico.
El Grand Picasso comparte el esquema de suspensiones de su hermano pequeño, pseudo McPherson delante y para el tren trasero dispone de barra de torsión, pero aumentando el diámetro de la barra y la dureza de los muelles y amortiguadores traseros, que cuentan con un tarado específico para esta versión, con más tamaño y peso.
Los discos de freno siguen siendo ventilados en el tren delantero y macizos traseros, estos últimos solo vienen en medida 290x12 para todas las versiones, mientras que en el modelo de 5 plazas encontramos otros más pequeños de 268x12 para las opciones de motor menos potentes. En cuanto a los delanteros son de 283x26 mientras que las versiones con más de 150 CV disponen de discos de 304 mm de diámetro por 28 de ancho.
La dirección cuenta con asistencia eléctrica variable y es compartida por todas las carrocerías y versiones.
Motorizaciones
Los motores también son compartidos entre las distintas variantes de carrocería, salvo el diésel de 2 litros que de momento se estrena solo en el 7 plazas. Los gasolina son los mismos bloques 1.6 gasolina de 120 y 155 CV, ambos con transmisión manual, de 5 velocidades en el menos potente y de 6 relaciones en el de 155 CV. En cuanto a los diésel, que seguro coparán el grueso de las ventas en nuestro país, encontramos los mismos tetracilíndricos HDI de 1.6 litros, con potencias de 92 y 115 CV. Ambos cuentan con catalizador, filtro de partículas y sistema Stop&Start. Mientras que solamente el motor de 115 CV tiene disponible una transmisión manual de 6 velocidades, ambos diésel vienen con una caja manual pilotada, de 6 relaciones también.
La estrella y tope de gama de este modelo es el motor BlueHDI, que equipa la versión e-HDI 150, y se estrena en el lanzamiento del Grand Picasso. El bloque de 2 litros, rinde 150 CV y 370 Nm de par máximo a 2.000 rpm, también dispone de sistema Stop&Start. Cumple ya con la futura norma Euro VI gracias a la introducción del sistema SCR (Selectiv Catalytic Reduction), catalizador suplementario montado entre el catalizador de oxidación standard y el filtro de partículas, reduciendo drásticamente los óxidos de nitrógeno expulsados por el motor.
Habitáculo
Si en los apartados técnico y estético ya encontramos novedades, en el habitáculo es donde veremos el autentico avance con respecto no solo a la generación saliente, sino a lo que nos tenía acostumbrado la firma del doble chevron.
Como en el Picasso de 5 plazas, al sentarse al volante lo que primero llama la atención es la nueva gestión de los mandos. El tradicional cuadro de instrumentos desaparece dejando paso a una pantalla de 12 pulgadas de Alta Definición centrada en un salpicadero de líneas suaves, limpio de mandos y botones, que se aglutinan junto a una segunda pantalla táctil de 7", desde la que se controlan todas las funciones. La interfaz de la pantalla panorámica es totalmente configurable, permitiendo incluso a los usuarios usar como fondo sus propias imágenes, ya que permite descarga de imágenes a través del puerto USB.
El resultado de esta configuración es sobresaliente, no solo consigue un diseño del salpicadero más atractivo y fluido sino que aumenta considerablemente la sensación de calidad percibida.
El propio salpicadero, que puede ser bitono según versiones, está totalmente revestido en plásticos agradables a la vista, con trabajadas texturas y sobre todo, con profusión de materiales blandos y agradables al tacto, lo cual es insólito actualmente, ya que casi todas las marcas optan por materiales cada día más duros y de aspecto barato por economizar costes. Afortunadamente en el Picasso no es este el caso, se nota el esfuerzo que está empleando el grupo PSA en dotar a sus nuevos modelos de calidades cada vez más altas.
Las nuevas dimensiones del vehículo otorgan al habitáculo unas mayores cotas de habitabilidad, tanto en las plazas delanteras como en la banqueta trasera la sensación de desahogo es evidente, y en la fila central el espacio para las piernas y la altura hasta el techo son sobradas para adultos de talla media. Esta fila está dividida en 3 asientos, y pueden ser deslizados longitudinalmente para dejar más espacio para la 3ª fila de asientos o para crear más volumen de maletero.
La 3ª fila se compone de 2 butacas escamoteables de muy sencilla apertura en 2 pasos, primero retiramos la tapa que hace de suelo del maletero (muy plano cuando están cerradas) y luego con un solo movimiento levantamos cada banqueta de un tirón, siendo estas bastante justas para un adulto pero suficientes para niños, que es para lo que en principio suelen ser necesarias. Dicha 3ª fila deja algo de espacio de carga cuando están abiertas.
Por último, os ofrecemos repasar la primera parte de nuestro serial o descubrir nuestras sensaciones más personales en la tercera y última parte.
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