La tecnología es un universo que no tiene fin. Con el pasar de los años los avances dentro de este escenario se incrementan, a tal punto de volver ineficaz lo que meses atrás se presentó como la mayor innovación del planeta; y es que, dentro del sistema tecnológico, la evolución juega un papel determinante, de hecho, es la responsable de que las cosas fluyan, se mejoren, y en la mayoría de los casos, se sustituyan por nuevos avances. Dentro del sector automotriz no es la excepción, incluso podemos afirmar que los coches más actuales gozan de un alto despliegue tecnológico que en la mayoría de los casos ni siquiera es visible a nuestros ojos.
Uno de los tantos ejemplos que podemos mencionar, y que tiene que ver directamente con los avances tecnológicos, son los llamados modelos del futuro, o mejor conocidos como coches eléctricos, híbridos, a gas natural o alimentados por hidrógeno. La contaminación del planeta ha obligado a las industrias fabricantes de coches a mejorar la construcción de sus motores, reduciendo de manera drástica la cantidad de agentes contaminantes que estos expulsan al medio ambiente; en muchos países inclusive, existen leyes que condenan con fuertes multas y hasta con cárcel a aquellos conductores que poseen coches en mal estado, y que contaminan más de la cuenta.
Los eléctricos datan de 1830
La solución para el parque automotor mundial ha sido el diseño y posterior fabricación de autos cero contaminantes; pero esto no es nuevo, de hecho, a principios de los años 1830 hubo personas como el empresario escocés, Robert Anderson, que se dedicaron al estudio y la invención de coches netamente eléctricos. Sin embargo, con el pasar de los años la fiebre del "oro negro" o petróleo transformó el escenario mundial, y comenzaron a sacar sustancias derivadas de tal material, como el combustible, que llevó a muchos entusiastas a fabricar propulsores impulsados por combustión.
La historia nos cuenta de cuáles fueron los resultados al adoptar el combustible, como la gasolina o el diésel, en nuestro ecosistema, basta con solo echar un vistazo a los niveles de contaminación global para alarmarnos y llegar a la conclusión de que tiene que parar definitivamente. Es allí cuando entran nuevamente en escena los coches no contaminantes como híbridos, a gas natural, eléctricos o de hidrógeno; a ciencia cierta se prevé que quienes dominarán las carreteras, autopistas y avenidas del mundo serán los automóviles eléctricos, aunque otros difieren y terminan concluyendo que el futuro les pertenecerá a los vehículos alimentados por hidrógeno.
Que son las pilas de hidrógeno
Pues bien, mientras aguardamos lo que se viene, es importante saber cómo funcionan aquellos coches que utilizan dispositivos como las pilas de hidrógeno para circular. Para comenzar, es bueno aclarar que las baterías o pilas de hidrógeno son dispositivos que accionan el motor, esto gracias a el proceso electroquímico que se lleva dentro de sí, donde se mezclan tanto hidrógeno como oxígeno; es precisamente en esta mezcla donde se genera cierta energía o electricidad que pasa directamente a las baterías, y de los acumuladores de energía al motor, emitiendo al ambiente vapor de agua y nitrógeno.
Proceso del funcionamiento
El proceso que se lleva a cabo para el correcto funcionamiento de la pila de hidrógeno es, si se quiere, bastante sencillo y consiste en almacenar el hidrógeno en el tanque que abastece la pila de combustible, luego proporcionar un influjo de aire al conjunto de celdas de combustible para que la combinación de aire e hidrógeno produzcan la electricidad necesaria y se pueda abastecer al motor y desde luego a la batería, expulsando al medio ambiente al agua en forma evaporada, algo que lanza por el suelo cualquier cifra o nivel que tenga que ver con contaminación.
Ya se consigue
Aunque todavía, tanto la gasolina como el diésel siguen llevando la batuta en lo que a combustibles automotrices se refiere, con el pasar de los años el hidrógeno ha tomado cierta importancia, de hecho, ya en muchos lugares se le cataloga como el combustible del futuro; por esta razón muchas estaciones de servicio ya están adoptando el sistema y venden el combustible como otra alternativa diferente al gasoil o gasolina. Otro detalle interesante es que los tiempos de repostaje son muy similares a los coches de gasolina, ya que bastarían, en el peor de los casos, unos cinco minutos para tanquear completamente el tanque del auto.
Detalles finales
El proceso de llenado de hidrógeno en una estación de servicio convencional es prácticamente similar al de un coche normal, basta solo con conectar el surtidor de combustible al depósito del auto y listo. Para los expertos, el verdadero futuro se halla en los coches impulsados por baterías o pilas de hidrógeno, incluso consideran que esta tecnología es muy superior a la de los coches que se recargan mediante enchufes convencionales. Habrá que esperar a que llegue ese futuro próximo en donde los coches eléctricos y los de hidrógeno seguramente desplazarán por completo a todos aquellos cuyo combustible se basa en gasolina o diésel para funcionar.
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