Conducir un vehículo sin importar su tamaño puede convertirse en una actividad estresante. No obstante, muchas son las causas que lo producen y en el artículo: El estés, el enemigo del conductor, identificamos aquellos elementos que pueden originar ese estado anímico. No hay que ocultar que cuando estamos aprendiendo a conducir podemos sentir cierto nerviosismo y eso es normal. Lo que no debe ser normal es sufrir largos períodos de estrés en casi toda situación al volante ya que esto a mediano plazo pudiese desencadenar en una enfermedad que requiera tratamiento médico y psicológico. Es por ello que a continuación le daremos algunas recomendaciones para que mantenga en lo posible el estrés a raya y no permita que este le domine.
Acepta que no tienes el control de la situación
Antes que nada debes reconocer esto; por más que nos molestemos, gritemos o desesperemos no vamos a cambiar la situación, al contrario, solo nos enfadaremos más y lograremos ponernos nerviosos. Dicho de otro modo, si nos encontramos en un atasco, no podemos remediar la situación y tampoco podemos huir de ella. No obstante, si podemos hacer algo para que tiempo no nos ahogue y lleguemos tan tarde al trabajo, sobre todo durante las mañanas cuando un atasco es tan común, eso es procurar siempre salir con tiempo de antelación a tu destino o trabajo. De este modo puedes afrontar de una forma más tranquila si te encuentras sumido en un atasco. Otro consejo es dejar los problemas de la vida diaria mientras se conduce pues desahogar las emociones al conducir puede afectar tanto tu seguridad como la de los demás en la vía.
Mantén una postura correcta en la conducción
El tener una mala postura frente al volante no solo resulta incómodo y agobiante, sino que también a la larga pudiese producirnos dolores musculares sobre todo en el cuello y la espalda que nos generarán mucha molestia. También es muy importante crear un ambiente relajado en nuestro coche. Por ello respira hasta 3 veces a profundidad y cuenta hasta 10 si es necesario ya que esto ayuda mucho a mantener la calma. Evita el consumo de bebidas alcohólicas, tabaco o cierto tipo de fármacos que pueden causar somnolencia y ten precaución con aquellos estimulantes como el café o el té. Otro consejo que puede ayudarte a relajarte es estirar tus músculos sobre todo los del cuello y los hombros que son los más propensos a sufrir por efectos del estrés. Por ello, realiza movimientos circulares con tu cuello, manos, pies y hombros por lo menos durante unos diez segundos antes de conducir.
Controla la temperatura y ajusta el volumen de la música
Controlar la temperatura interior del coche es muy importante, si nuestro auto cuenta con climatizador ajústalo de modo que sea agradable tu estadía en tu automóvil, pues el exceso de calor en el habitáculo puede generar desespero y angustia en algunas personas. También no está de más escuchar una música suave o relajante y con el volumen adecuado, pues una canción agresiva o de ritmo pesado puede cambiar nuestro buen genio y predisponernos a mostrar una conducta agresiva o incluso distraernos al concentrarnos tanto en la letra de la canción. Si ya te encuentras estresado conduce lento procurando bajar la velocidad, con ello podrás evitar un accidente y reducir tu nivel de estrés. Otro consejo es contar siempre con suficiente combustible en tu auto ya que no sabes si tendrás que desviarte del camino por alguna eventualidad o emergencia. Es muy estresante circular con la reserva del tanque y llegar a la estación y conseguirla cerrada sabiendo que la próxima estación se encuentra a kilómetros de distancia. Por ello, nunca andes con el tanque a menos de un cuarto de capacidad.
Evita los dispositivos móviles
El contestar una llamada o responder un mensaje de texto no solo nos expone a causar o tener un accidente, sino que también puede activar más el estrés, sobre todo si ya vamos tarde a nuestro destino y nos conseguimos con un atasco. Por ello, evita esto así como también discutir ya sea por teléfono, con tus acompañantes o con otros conductores, peatones o motociclistas. Nunca te pongas metas inalcanzables como una hora de llegada rígida, pues puede ocurrir un imprevisto en el camino. Tampoco abuses de los límites de la velocidad por tratar de ganar tiempo, recuerda el dicho que reza: "Más vale tarde que nunca".
Recomendaciones finales
Por último ríete de la situación pues la risa es una excelente terapia que ayuda a aliviar el estrés. No toques la bocina en un atasco pues no sirve de nada y a la vez resulta molesto para los demás conductores a tu alrededor. Haz actividades relajantes como tomar un baño reparador antes de abordar tu coche. Consume una dieta equilibrada que te permita tener un estilo de vida saludable y que prepare tu cuerpo para cualquier exigencia que se te presente y descargar tensiones. Recuerda siempre que conducir es una actividad que conlleva riesgos y hay que cultivar mucha paciencia. Por ello, mantén siempre a raya a uno de los enemigos del conductor, a saber: el estrés.
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