La conductora, de 23 años llamada Whitney Beall, no fue detenida ni se conoce que fuera vista por la policía durante el suceso, pero la poca previsión y la estupidez inherente a la suma de juventud, alcohol y automóvil fueron más que suficientes para que ella misma fuera la que se delatara.
Al parecer, mientras conducía bajo la influencia del alcohol, no se le ocurrió otra cosa que activar la aplicación Periscope, para "compartir" con el resto de usuarios de la aplicación sus vivencias. Por lo que comenta ella misma en el vídeo, está conduciendo por un barrio poco recomendable y cree haber sufrido un pinchazo, y claro está, piensa que esos son todos sus problemas.
Durante el vídeo, grabado por su móvil que de motu propio había dispuesto en el salpicadero de su vehículo, ella misma reconoce, y además repetidamente, que se encuentra borracha, "jodidamente borracha" si atendemos a su descripción más gráfica.
Esta vez no había perro
La grabación tuvo lugar durante un fin de semana, y ya el martes siguiente fue arrestada. Desconocemos que alegó ante tan evidentes pruebas, pero al menos no recurrió a la misma excusa que su compatriota, otro ciudadano de Florida que hace unos días también fue arrestado por conducir bajo los efectos del alcohol y huir de un accidente, lo cual explicó alegando que el que conducía era su perro.
Perro que de momento ni apareció en la escena del crimen ni ha aparecido por ninguna parte. No sabemos si es que el alcohol está de oferta en esta época en el soleado estado de Florida o que tienen más costumbre de beber que en otras partes del planeta, pero está claro que en pocos días sus conductores han puesto en boca de todos esa zona del país norteamericano.
Se ve que nadie les ha enseñado los trucos más básicos para poder hartarse a beber sin temer a dar positivo en ningún control de alcoholemia.
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