Para quienes en 1987 teníamos menos de 10 años, soñábamos con tener un F40, ese Ferrari cuyo nombre coincidía melodiosamente con su coste "un F40 que cuesta 40 millones" de pesetas por aquellos entonces, y muchos hemos seguido creciendo con el sueño intacto de ser poseedores de uno de los mitos rodantes de la casa situada en Maranello.
Allá por ese 1987, Enzo Ferrari, al cual le quedaba escasamente un año de vida, podía celebrar el 40 aniversario de la fundación de la marca de coches más famosa del mundo y para ello lanzaría al mercado al sucesor del ya excepcional e icónico 288 GTO, el nuevo representante de la esencia se llamaría F40.
En este 2012, 25 después de su nacimiento, el Ferrari de los 40 millones de pesetas sigue siendo una pieza de coleccionista, un mito y un sueño para muchos por lo que su leyenda no se ha diluido un ápice sino que sigue creciendo con el paso del tiempo y, porqué no, más cotizado aún dada la desaparición con cuentagotas de las unidades que se fabricaron entre los años de su comercialización, de 1987 a 1992: 1.300 para todo el mundo.
Esencia de carreras
Si algo tienen en común todas las personas que han conducido uno es que dicen que es un coche radical, difícil de llevar pero con un poder de transmisión de lo que significa la velocidad puro.
Basado en un motor de menos de 3 litros, 2.936 cc concretamente, con 8 cilindros en disposición de V a 90º y cuatro válvulas por cada cilindro, la patada venía incrementada debido a sistema de doble turbo que soplaba en el corazón de este ligero deportivo carente de cualquier tipo de ayudas electrónicas o de conducción: sin ABS, ni dirección asistida por lo que domar sus 478 caballos era tarea encomendada para personas que supieran demostrar su habilidad al volante, con los pies y, sobre todo, con sensatez.
Uno de los aspectos más oscuros de este vehículo, es la triste fama a costa de los graves accidentes con fallecimientos en los que se vio involucrado ya que no todos los que tomaron las riendas del F40 tuvieron la habilidad, suerte y destino.
Volviendo al concepto, tomando como referente mecánico al 288 GTO, la inclusión de materiales ligeros como el novedoso kevlar, la fibra de carbono, aluminio, etc, hacía que este Ferrari tuviera un peso inferior a los 1.100kg, arrojando 577 Nm de par cuando la aguja de las rpm marcaba las 4.000 logrando así fijar el crono en su 0-100 en solo 4 segundos, alcanzado hasta 324 km/h y realizando un kilómetro poco más de 20 segundos.
25 años no son nada
Si con cinco lustros de por medio, sus números aún asustan y pueden situarse entre la élite de los supercoches más modernos, el homenaje que este coche merece ha de estar a la altura del propio mito en sí por eso los apasionados seguidores y, con suerte, propietarios de este y otros modelos quieren celebrar su "cumple" por todo lo alto.
Durante el fin de semana del 20 al 22 de abril, coincidiendo con el Espíritu de Montjuïc, la ciudad de Barcelona será el epicentro de la conmemoración y el Club Ferrari España realizará diversos actos en los que podremos deleitarnos contemplando un buen número vehículos tanto dentro como fuera de la pista del circuito de Montmeló donde se da lugar esta reunión de clásicos.
Podéis encontrar más información sobre el evento como precios y puntos de venta, programa y horarios de las carreras u otras actividades podéis hacerlo pinchando en los hiperenlaces propuestos o directamente en la web del evento www.espiritudemontjuic.com
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