Definitivamente muchos concuerdan que conducir un automóvil no es tarea fácil y eso se debe a todas las situaciones a las que nos enfrentamos cada vez que nos sentamos detrás del volante; el tráfico, los peatones y todas las circunstancias que se nos pueden presentar en el camino hacen que conducir sea todo un reto para la mayoría de las personas. Sin embargo, no todo es malo, ya que la conducción de un coche se cataloga como una de las experiencias más emocionantes de la vida, de hecho, hay algunos que se lo toman tan a pecho que hacen del conducir una profesión para el resto de sus vidas.
Pero apartando el tema del automovilismo profesional, podemos mencionar que hay distintas situaciones de la vida que ponen a prueba nuestras capacidades, y una de ellas es cuando toca ir al aeropuerto; aunque no lo parezca, ir al aeropuerto puede resultar una experiencia muy traumática. Está comprobado que los aeropuertos son de las estructuras más grandes del mundo ya que están diseñados para albergar a grandes cantidades de personas. En muchos lugares la cantidad de personas que circulan a diario realmente es incontable, de hecho, estas estructuras están hechas para que circulen muchas personas, pasajeros que viajan a nivel nacional como internacional.
El reto de ir al aeropuerto en coche particular
Cuando por alguna necesidad debemos acudir al aeropuerto de seguro se nos presentarán dos inconvenientes, la movilidad y el aparcamiento. La distancia del aeropuerto con respecto a la ciudad suele ser algo retirada, y por razones obvias de seguridad, aunque de igual manera en algunos países los aeropuertos se ubican en el centro de las ciudades. Es digno de mención que la hora a la que acudimos será de vital importancia, ya que por lo general las vías que nos conducen al aeropuerto son muy transitadas. La hora de llegada, el estar en el aeropuerto por lo menos unas cuatro horas antes de que zarpe el vuelo, entre otras cosas, se convierten en todo un desafío que nos guste o no debemos cumplir para no perder el vuelo y tener que reprogramarlo, cancelando un monto extra.
El estacionamiento
En esta parte del tema es bueno preguntar, ¿a cuantos no les ha pasado que al llegar al aeropuerto nos conseguimos con que el estacionamiento está a su máxima capacidad? Seguramente a todos, lo cual agrava la situación si vamos contra el reloj ya que nos hace perder mucho tiempo. Como buenos conductores debemos acudir a tiempo, y pensar en todas las vicisitudes que nos podemos conseguir en el camino para entender como sortearlas de manera satisfactoria; miles pierden sus vuelos a diario solo por el hecho de no conseguir un puesto en el estacionamiento.
Las idas en taxi
Viajar al aeropuerto en taxi es casi igual que viajar en coche propio porque prácticamente se cumplen las mismas normas, es decir, hay que salir temprano de casa, tomar las previsiones de las vías donde se circularán, entre otras cosas; si bien es cierto que viajar en taxi es más cómodo por el hecho de que no tenemos que conducir, y además nos ahorramos el tener que buscar un puesto en el estacionamiento, nuestra prioridad es salir a tiempo. Recuerde, no podemos apresurar al conductor solo por el hecho de que vamos tarde ya que él no se arriesgará a ganarse una multa o infracción solo porque nosotros tengamos afán de llegar.
Otro punto que tenemos que considerar de manera obligatoria es que la comodidad cuesta, de hecho, un viaje en taxi, dependiendo del lugar, la distancia y la ciudad puede costar entre 20 y 40 euros aproximadamente, eso sin contar que ese monto pudiera aumentar en el caso de que decidan cobrarnos de más por llevar exceso de equipaje.
Podemos decir en conclusión que viajar al aeropuerto se pudiera convertir en una experiencia grata o traumática dependiendo de las vías que utilicemos, y de la planificación con la que contemos. Prepárese, salga temprano de su lugar de origen, y tome las previsiones del caso para llegar a tiempo y evitar inconvenientes como perder el vuelo.
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