El mercado de la automoción no ha parado de evolución e innovar a gran escala para lograr que se produzca un estado inerte en el que se estudie cualquier tipo de mejora que garantice la seguridad en la conducción. Por ello, en algunas marcas de alta gama se propusieron ofrecer un sofisticado software que controlase el coche en cualquier tipo de situación, evitando que se produzcan accidentes innecesarios. Este es el caso del denominado Control de Estabilidad, que se conoce internacionalmente como ESP, que se desarrolló en 1995 por Bosch y que su meta no era otra que el coche no perdiese la trayectoria.
Actualmente se ha estado mejorando en muchas áreas, y su funcionamiento es tan básico que se basa en conjunto de sistemas que miden la aceleración lateral, el sensor de velocidad del deslizamiento y al mismo tiempo el ángulo de la dirección. El ejemplo más evidente es cuando un coche rota sobre su eje vertical, al detectarse, el sistema aplica los frenos en alguna rueda para evitar esta situación. Dicho de otra manera, si el coche subvira, se centra en frenar la rueda trasera izquierda, y en caso de que sea un elemento sobrevirador, lo que hacen es frenar ligeramente en la rueda delantera derecha.A simple vista parece que es tan sencillo que cualquier coche puede hacerlo, pero no es así. Según se ha podido conocer por las estadísticas, se evita más de medio millón de accidentes y el 80% de las pérdidas de control del coche. Es decir, es uno de esos sistemas de seguridad más importantes del mercado.
Más información del ESP
Incorporado por primera vez en el Mercedes S 600 Coupé en 1995, se hizo obligatorio en 2014 en Europa, Eso sí, cabe destacar que se popularizó por un test en el que se simulaba evitar un arce entre 70 y 80 km/h y mantener firmemente su trayectoria. Eso no sucedió e hizo que Mercedes perdiese unos 500 millones de euros. Ahora, que se ha potenciado la usabilidad del coche, no hay duda de que se ha logrado mejorar el dinamismo del coche en todos los sentidos.
Artículos recomendados