En un momento como el actual, la industria de la automoción ha cambiado por completo. Tanto es así, que cada vez vemos más diseños en los que se aportan nuevas características técnicas y en las que se potencia especialmente la accesibilidad y el uso y disfrute de cada uno de los elementos. Por ello, hemos visto nuevos modelos que han aumentado notoriamente sus dimensiones y que ofrecen un tipo de proyecto de mayor calidad. En ese sentido, los coches son cada vez más pesados y que hacen que sean robustos ante los anteriores, quizás siguiendo una ideología más futurista.
En los últimos años hemos visto como el mercado de las cuatro ruedas ha ido evolucionando y los coches que se han ido lanzando cada vez más, cuentan con una estructura muy característica, en la que según se ha podido observar se ha llegado a aumentar más de un 57% su volumen. Este es el caso del Volkswagen Golf, que cuando se lanzó en el 1974, tenía un peso de 790 kilos y una potencia de 70cv. En la actualidad, nos encontramos con un modelo que ha hecho que la báscula se hunda hasta alcanzar la friolera cifra de los 1265 kilos con una potencia básica de 110 cv.Son distintos los motivos que ha hecho que en la actualidad estos modelos tengan este cambio. Tanto es así, que los equipamientos más sofisticados que se incorporan a los coches dan comodidad, ya sea climatización, aislamientos o multimedia. A todo ello, hay que sumarle todos esos elementos que forman parte de la seguridad activa, que se centran en reforzar las estructuras del chasis mediante unas piezas protectoras de alta resistencia y que le da más peso al conjunto del vehículo en cuestión.
El peso de la electrificación
Los coches eléctricos cada vez cuentan con más peso y no es para menos. Este tipo de vehículo motorizado cuentan con importantes baterías que hacen que los coches vean que su peso bruto es cada vez más elevado. Por ello, ahora son muchas las marcas que han potenciado un tipo de material mucho más ligero que el resto.
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