Los factores de riesgo al conducir se presentan desde cualquier lugar, ángulo, sitio, carretera e inclusive en las zonas que uno cree menos congestionadas. A todo esto le podemos sumar los factores externos o de la misma naturaleza que juegan un papel fundamental en las condiciones adversas y que, si no contamos con la preparación adecuada, podrían acabar lesionándonos o haciéndonos sufrir terribles accidentes. En antiguos artículos hemos considerado situaciones diversas que se presentan en temporadas como el verano, en donde el calor genera diversos estragos hasta en nuestra forma de conducir.
Pero en esta oportunidad analizaremos otro aspecto o fenómeno natural que nos puede sorprender mientras conducimos, y que puede ser tan letal como el calor o las altas temperaturas. Se trata de los fenómenos naturales conocidos como la lluvia, las tormentas o la misma nieve, los cuales se pueden presentar el mismo tiempo o por separado, con un poder destructivo impresionante. Entre los casos más comunes o problemas que desencadenan estos fenómenos podemos mencionar pérdida de control en las vías, patinazos en el coche, falta de adherencia, suelo resbaladizo, entre otras cosas. A pesar de ello podemos contrarrestar estas situaciones y salvaguardar nuestra integridad física y la de aquellos que nos acompañen.
Para comenzar, es preciso entender que, si el clima es totalmente adverso y aun nos encontramos en casa, y no hay necesidad de salir, es mejor posponer el viaje, así nos evitaremos riesgos innecesarios. Sin embargo, si por alguna razón de peso tenemos que salir es importante adelantarnos a los acontecimientos, y entre todas las cosas, podemos consultar el estado del tiempo o clima, el tráfico, y cuanto podría durar la adversidad. Otro detalle importante es preparar el coche para afrontar estas situaciones, ponerlo a tono o al día con todos sus servicios, e inclusive utilizar neumáticos aptos para recorrer la nieve, de ser necesario.
Circular en la nieve
Como toda adversidad, circular en la nieve es de por sí muy complicado, aunque no es imposible. Es importante contar con el combustible suficiente, sobre todo en los casos en que necesitaremos la calefacción. Además de esto, el tanque lleno de combustible aportará un peso adicional, lo cual nos beneficia ya que le otorga mayor peso y estabilidad al coche. También es recomendable circular por los vacíos o roderas que van dejando los demás coches. se debe circular a una velocidad constante para evitar quedar atascado. Trabaje en la mayor parte del tiempo con el freno motor, y use lo menos posible el freno normal. Si a la final nos quedamos atascados tratemos de hacernos a un lado, dejando el espacio necesario para que circulen las máquinas quitanieves.
La circulación en hielo
Sin lugar a dudas es uno de los momentos más traumáticos, la circulación sobre superficies en la que es habitual que se forme hielo en las carreteras; en ese preciso momento se pierde la adherencia por completo, los coches comienzan a patinar, y mientras más aplicamos el freno es peor. A diferencia de la nieve, el hielo es más peligroso ya que no se percibe con facilidad, a menos que sea de día, y brille el sol, solo así se verá brillar de una manera muy singular. A pesar de lo riesgoso, existen ciertos parámetros que nos ayudarán a conducir con éxito, y entre ellas tenemos conducir con suavidad, evitando movimientos bruscos, volantazos, y si sentimos que nos deslizamos debemos mantener la dirección del coche fija. Otro dato digno de tomar en cuenta es acelerar de manera suave, así lograremos conseguir una mejor tracción y podremos recuperar la dirección del vehículo.
Un factor que hace que muchos incurran en un error de conducción es frenar de manera brusca cuando ya estemos circulando sobre el hielo; en ese sentido se recomienda frenar de manera muy suave e inclusive, dejar que sea el propio coche en que frene utilizando el freno motor.
El molesto viento
Otro tema de interés, y que se le debe prestar atención son las ráfagas de viento. En las carreteras es muy común encontrarse con este tipo de imprevistos, pero en este punto es muy importante mantener la calma y el control del coche, tomando el volante con fuerza, y tratar de mantener el paso con una buena velocidad. A veces el viento es tan fuerte que tiende a lanzarnos a un lado de la carretera, por ello, tenga cuidado y mantenga la calma, recuerde que el desespero le puede llevar a cometer errores de suma importancia que pudieran desencadenarse en accidentes de tránsito.
Recomendaciones finales
Para finalizar, recuerde mantener una distancia prudencial del coche que le antecede; realice paradas constantes en lugares seguros o restaurantes, de esta manera combatirá la fatiga y el estrés que produce conducir. Si conduce de noche limpie sus faros, y mantenga la calefacción encendida. Nunca exceda los límites de seguridad y respete la velocidad con la que marcha, sol así verá que, aunque conducir en condiciones extremas en complicado, a la larga podremos hacerlo con éxito, respetando las normas y los límites impuestos por las leyes de tránsito.
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