La seguridad sigue siendo uno de los temas más interesantes a la hora de analizar, tanto la manera de conducir de quienes van tras el volante, como de los propios sistemas de seguridad de cada coche. Es importante saber que, mientras más nos eduquemos al respecto mucho mejor para nosotros, porque a la larga nos prepara precisamente para afrontar las diversas situaciones que se nos pueden presentar en las carreteras y autopistas de nuestros países, sobre todo cuando son imprevistos causados por la fuerza de la naturaleza. En esta oportunidad analizaremos un tema interesante, y que tiene que ver con encontrarnos una riada o laguna en medio de la vía, producto de algún torrencial aguacero o lluvia.
Las lluvias y tormentas traen consigo múltiples secuelas, en general si circulamos por alguna carretera que no cuenta con un drenaje óptimo, de hecho, a veces es tan intensa y torrencial que hasta un drenaje ideal se hace inservible. A veces las sorpresas se nos presentan de manera imprevista, y hasta nos sorprenden causando accidentes de gravedad. Baches en la vía, agujeros, acumulación de grasa, aceite o diésel, entre otras cosas, pueden hacer que fácilmente perdamos el control del coche hasta estrellarnos, impactar con otros conductores, o terminar saliéndonos de la carretera.
Pero entre las cosas antes mencionadas no debemos olvidar un efecto engañoso y muchas veces mortal, el cual necesita de nuestra atención, sobre todo cuando llueve o después de una tormenta; las riadas o lagunas. Lo primero que debemos recordar ante tales circunstancias es que nuestro comportamiento detrás del volante determinará nuestra seguridad y la que aquellos que nos acompañan en el coche, es por ello que debemos mantener la calma, por muy difícil que suene aceptarlo, ya que la desesperación por lo general nos lleva a cometer errores que pudieran acabar con nuestra vida.
Qué es una laguna
Una laguna en la vía es aquella acumulación de agua sobre la carretera, que cubre de extremo a extremo la misma. Lo común en estos casos es que estas lagunas no muestran su profundidad lo cual nos hace dudar, o en su defecto, confiarnos demasiado para atravesarlo; es allí donde comienza el problema, en la falta de conocimiento y en la decisión que tomaremos posteriormente. Puede darse el caso de que seamos asiduos usuarios de esa carretera o autopista, y talvez conozcamos con exactitud el lugar por donde transitamos, aun así no es recomendable atravesar estas riadas si no estamos seguros de su profundidad, y mucho menos si el agua que la cubre es oscura y no permite que observemos el fondo.
Qué es una riada
En el caso de las riadas, son aquellos caudales de agua que suelen presentarse inesperadamente, y que traen consigo piedras, suciedad, palos, entre otras cosas. Nunca se sabe con exactitud, ni la profundidad de la riada ni la fuerza que trae, y por ello muchas personas al verla se desesperan, e intentan cruzarlas sin pensar en las posibles consecuencias. Para tener una idea más clara, una corriente de agua que corra a unos 10 o 20 kilómetros, y cuya profundidad sea de unos 60 centímetros fácilmente pudiera arrastrar a cualquier vehículo por muy pequeño o grande que sea.
Las lagunas y su riesgo
Esto nos lleva a pensar en el nivel de precaución que debemos tener cuando nos enfrentemos a cualquiera de estas dos situaciones; primero, en el caso de las lagunas imprevistas, será necesario frenar antes de zambullirse en ella. Una buena manera de saber su nivel de profundidad es observando a los vehículos que marchan adelante ya que nos pueden dar una idea más clara de cuan seguro o riesgoso es continuar; la oscuridad disfraza muy bien la profundidad de las lagunas en las carreteras, y en la mayoría de los casos esconden agujeros profundos, inclusive, por más imposible que luzca estos agujeros han sido capaces de tragarse un coche entero.
Qué hacer en las riadas
En el caso de las riadas, estas se tornan más peligrosas. No se sabe con exactitud la contundencia de las aguas, y como son tan repentinas pudieran arrastrar cualquier cosa. En estos casos lo más sensato es esperar hasta que baje el caudal. Cuando se encuentre una riada tome en consideración el tipo de vehículo del que disponga, su tamaño y su peso. Si el nivel del agua supera los ejes de transmisión es mejor no continuar porque nos exponemos a un riesgo innecesario. Ahora bien, si ya intentó cruzarla y siente que el agua arrastra el coche no se desespere, y trate de precisar hacia donde se dirige el vehículo, inclusive es aconsejable abandonarlo cuando vea la primera oportunidad.
La mayoría de las personas que han muerto en este tipo de situaciones se debió a que decidieron quedarse dentro de este ya que se confiaron al sentir cierta seguridad dentro del habitáculo; pero no se confunda, por su seguridad debe salir del vehículo, y escapar lo más pronto posible. Rompa los cristales de ser necesario con un martillo de punta de acero, esto en el caso de que el nivel del agua sobrepase las puertas; busque todos los medios de escapar y no se quede en el vehículo.
Recomendaciones finales
Es bueno tener presente estos detalles, sobre todo en tiempos de lluvia que es cuando se presentan estos inconvenientes; nunca ponga en juego su vida, salga del auto si es sorprendido por una riada o se hunde en una laguna, pero lo más importante, evite seguir adelante.
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