En este caso el protagonista es el De Tomaso Pantera, uno de los grandes de la década de los setenta, aunque estuvo en el mercado hasta bien entrada al década de los noventa sin apenas cambios de consideración.
Transformación
Nacido en 1971, este Pantera denominado ADRNLN, pasó por las manos del taller RingBrothers para recibir el tratamiento estético que podemos apreciar hoy día, convirtiéndose, probablemente en la unidad más llamativa y curiosa que haya del clásico deportivo de motor central.
El taller estadounidense, más acostumbrado a transformar muscle-cars, realizó un trabajo excelente desde la propia concepción de este Pantera, respetando la originalidad del modelo, que sigue reflejando visualmente la imagen inicial que disponía cuando salió de la factoría italiana, aunque la realidad es que casi todos los paneles de la carrocería son nuevos.
Esta lealtad a las raíces del modelo se refleja incluso en diversos motivos de diseño, como la placa de matrícula, que se ha respetado intacta, ajada y estropeada por el tiempo, en la que tan solo reza el número 71, cifra que es empleado en varios elementos del interior.
Precisamente el interior es una de las particularidades de esta obra, ya que ha sido desarrollado en colaboración con la firma de ropa deportiva Nike, aparte de su particular configuración, en la que no solo todos los elementos enfocan al conductor, eliminando el protagonismo del acompañante para centrarse en el conductor, sino que el propio esquema de colores subraya dicha configuración, con un alto contraste entre los tonos amarillos que circundan al piloto frente al más absoluto negro del resto del habitáculo.
El motor, como no podía ser de otra manera, es un gran V8, un LS3 de Wegner Motorsports que ronda los 500 CV. La transmisión de cinco velocidades es descrita como dura, similar a la que disponía el Pantera original, con la primera marcha en sentido inverso, hacia la izquierda y hacia atrás.
Las imágenes corresponden a su presentación en el SEMA 2013, en el que fue presentado con todos los honores aunque pasó bastante desapercibido en la meca de las transformaciones más radicales y estrambóticas.
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