La respuesta del Grupo Volkswagen no se ha hecho esperar, y a pesar de haber reconocido que el célebre software se encontraba en los motores TDI de 2.0 litros, en este caso han negado rotundamente las acusaciones del último informe de la EPA, declarando que en los motores diésel V6 3.0 TDO no hay ninguna clase de software instalado que altere las pruebas de emisiones de manera ilegal.
Según la EPA, hasta 10.000 vehículos del Grupo están afectados por este motor, que se suman a los millones de vehículos que disponen de este software en el planeta en estos momentos, 482.000 de ellos en los Estados Unidos.
La EPA notificó a la compañía el lunes por la mañana, y hoy, 24 horas después, tan solo ha habido unas lentas reacciones por parte de las marcas implicadas. Afirmando estar sorprendidas de esta noticia.
Dieselgate
En caso de confirmarse que también los bloques V6 3.0 TDI dispusieran del mencionado dispositivo, el inmenso problema que se cierne sobre el Grupo Volkswagen puede volverse aun más turbio, puesto que el problema pasaría de los modelos de gama media de las grandes marcas generalistas como Volkswagen, SEAT o Skoda a salpicar también a los modelos de gama alta como los Audi A8, Audi A7, Volkswagen Touareg, además de implicar también otra de las marcas estandartes del Grupo, Porsche.
Marca que además históricamente no ha precisado del gasóleo ni tan siquiera en Europa para vender sus productos, pero que dentro de la estrategia global del Grupo ha incluido en los últimos tiempos mecánicas híbridas y de gasóleo, para ampliar aún más el abanico de clientes potenciales.
Irónicamente, Estados Unidos no es precisamente su mejor target para las versiones movidas por gasóleo, habida cuenta que es un país donde las mecánicas diésel son extremadamente minoritarias, como demuestra el escaso número de unidades vendidas afectadas por el informe de la EPA.
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