El Dodge Challenger nació como respuesta a los nuevos Mustang Y Camaro de estilo retro, basados estéticamente en generaciones pasadas y añoradas de los pony-car de GM y Ford. Juntos formaban un trío muy peculiar americano del que el Challenger no era precisamente el más destacado y admirado.
Esto se reflejaba también en las ventas, ya que en todo momento ha estado por detrás de los Mustang y Camaro, a pesar de que la naturaleza del modelo de Dodge era muy similar a la de los modelos de Ford y Chevrolet.
Pedidos
Pero la llegada del motor Hellcat ha supuesto un auténtico revulsivo para un Challenger, que se enfrenta al reciente Mustang de sexta generación y breve al sustituto del Camaro actual, que esperamos a principios de 2015, acaparando muchas más miradas de las que se esperaba.
Esto se ve reflejado ya en las ventas, pues antes incluso de que el Challenger Hellcat pise un solo concesionario la marca ya acumula 5.000 pedidos del monstruo de 717 caballos, que arranca su tarifa en 60.000 dólares antes de impuestos, y que promete dejar ver por las calles al Challenger un poco más que antes.
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