El creciente aumento del segmento SUV ha traído algunas consecuencias. Si bien es cierto que antes los coches monovolúmenes y los 4x4 dominaban el mercado, hoy la realidad es totalmente opuesta. Los días de los vehículos de gran tamaño, y que no son considerados SUV parecen estar contados. Hay que recordar que los avances tecnológicos nunca paran y los gustos de las personas a nivel mundial siguen variando. Es por eso que muchos modelos desaparecen del mercado; cuando las ventas comienzan a caer, los grandes fabricantes optan por finalizar la producción. Es preferible darle un adiós a determinado vehículo que mantenerlo registrando pérdidas.
En ese orden de ideas, es lógico pensar que los SUV están de moda. Los directivos de las grandes marcas de coches piensan en cómo aumentar su producción de crossover; aumentar sus ventas es lo primordial en estos últimos tiempos. Recientemente hemos visto como algunos grandes como Mazda han presentado modelos pertenecientes al segmento, como el Mazda CX-8, un modelo que cuenta con gran tamaño, y una motorización acorde a sus dimensiones. Se espera que se comercialice en el continente asiático, aunque de seguro tendrá que venir de manera obligatoria al continente europeo gracias a la popularidad de la marca.
Características del B-Max
El Mazda CX-8 es solo un ejemplo de los muchos SUV que dominan el mercado, debido a esto, monovolúmenes como el Ford B-Max cesarán su producción, al verse en problemas con la caída de sus ventas. Aunque su deceso es realmente triste, Ford invirtió grandes cantidades de dinero en el diseño y posterior fabricación de este coche. El B-Max fue el sustituto del Ford Fusion. Los americanos tomaron como base el modelo Fiesta para completar el B-Max. Este coche contó con características únicas y, entre otras cosas, llamó la atención por sus líneas y sus puertas corredizas traseras. En principio lucia muy atractivo, sobre todo por su espacio, y lo cómodo que resultaba ingresar al habitáculo.
Adiós a su producción
El Ford B-Max presumía de su tamaño interno. Contaba con un amplio maletero de más de 300 litros que, al abatir los asientos traseros, superaba los 1.300 litros. Sus cualidades mecánicas también eran atractivas, con motores impulsados a gasolina de 1.6 litros y propulsores impulsados a diésel de 1.5 y 1.6 litros respectivamente. En otras palabras, por sus cualidades se pensó que el B-Max perduraría por muchos años, sin embargo, los norteamericanos decidieron que a partir de septiembre abandonarán su producción.
Dese Ford confirmaron que el B-Max fue en declive desde que salió, de hecho, nunca se posicionó entre los más vendidos. Por otro lado, con la llegada del EcoSport las cosas empeoraron para el B-Max, no solo por su atractivo, sino porque también pertenece al creciente segmento SUV. El EcoSport tampoco es un coche que se vende como pan caliente, aun así, desde su llegada, contó con más seguidores y con mejor aceptación entre el público que a la final se evidenció en sus ventas.
EcoSport en Auge
Pese a que el B-Max no tiene un sustituto anunciado por Ford, podríamos afirmar que el EcoSport es el ideal para cubrir el espacio que dejará en el mercado. Los norteamericanos están pensando en un restyling como para poder potenciar y darle fuerza a los puntos que consideran débiles del EcoSport. Otro detalle de interés es que Ford está invirtiendo grandes sumas para modernizar la planta que poseen en Craiova, Rumanía, lugar donde se ensamblarán los EcoSport y se despacharán a toda Europa. Se es espera que en octubre se comience a fabricar el EcoSport y probablemente se exponga en el próximo Salón del Automóvil de Frankfurt. De seguro Ford pensará en algunas sorpresas que harán que el B-Max sea cosa del pasado.
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