Desde hace al menos cuatro años sabemos que Google está desarrollando un coche autónomo el cual sea capaz de llevar a cabo el transporte de personas sin que ellas intervengan en el trayecto más que dando las indicaciones del adónde queremos llegar.
El objetivo principal que alega Google para seguir interesados en el proyecto es que este coche hará más segura la actividad de conducir ¿conducir o ser conducidos? La segunda, por supuesto, ya que ni siquiera será necesario tener licencia para usarlo puesto que podrán utilizarlo tanto personas que ni por edad ni por condiciones psíquicas o físicas pudieran hacer lo que hasta ahora no pueden llevar a cabo que es desplazarse de forma autónoma.
Google confía en su equipo tecnológico y asegura que sus dispositivos garantizan tanto la eficacia a la hora de transportar a sus ocupantes como hacerlo de forma lo más tranquilizadora posible ya que incluso es capaz de actualizar la información en línea sobre incidencias.
Gracias al control total que Google tiene de nuestras calles gracias a su cartografía aérea y terrestre, los coches son capaces de guiarse según los datos ya existentes pero además todos los sensores permiten que los prototipos hasta ahora usados eviten puntos ciegos y objetos no previstos que se interpongan en la trayectoria predeterminada.
Hasta ahora solo se han llevado a cabo experimentos controlados con un puñado de prototipos pero la compañía tecnológica prevé poner en la calle hasta cien de estos coches que, si bien evitan los lujos innecesarios, estarán dotados de todas las medidas de seguridad exigidas.
La fase de prueba puede durar hasta dos años y el área elegida para ésta será la costa estadounidense de California, EEUU. Por ello, los vehículos serán limitados a velocidades inferiores a las máximas legales y la punta de estos coches será de hasta 40 kilómetros a la hora (25 millas a la hora), una cantidad sin duda moderada para circular en zonas urbanas.
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