A nadie le gusta que su coche presente fallas ya que genera problemas, preocupaciones, pero sobre todo, un gasto de dinero que no está estipulado en el presupuesto. Las sumas que a veces debemos cancelar por concepto de reparación a veces resultan exorbitantes, y ni hablar de cuando se trata de partes o piezas mecánicas vitales para el normal funcionamiento de nuestro motor. Por otro lado, no debemos olvidar el estrés que generalmente produce nuestro vehículo cuando presenta fallas constantes; salir de nuestro hogar y no saber si llegaremos con bien a nuestro destino definitivamente es una sensación terrorífica y abrumadora.
Pero seguramente muchos pensarán que ese es el precio que debemos pagar por tener un coche ya que, para no sentirnos preocupados, es mejor andar a pie, en autobús o en el metro. Sin embargo, quién puede negar que tener nuestro propio coche no es una ventaja; a quién no le gusta la comodidad de viajar en su propio automóvil desde que sale de su casa, y no tener que lidiar con la gente en el subterraneo, o hacer largas colas para tomar el bus que nos llevará a nuestra oficina. A todos, sin excepción, nos gusta la comodidad, pero además nos fascina trabajar y con el fruto de nuestro esfuerzo comprar el coche de nuestros sueños.
Aunque tener nuestro coche resulta una sensación muy hermosa, a veces también se presenta el caso de que muchos se arrepienten de tenerlo, ¿la razón? Fallas, averías y visitas constantes al taller mecánico que resultan en gastos considerables; pero entonces surge otra interrogante, ¿de quién es la culpa?
Muchas personas aseguran que, dependiendo de la marca, hay coches buenos y malos incluso, desde que salen de la propia agencia. Pero no debemos olvidar a los que opinan todo lo contrario, y aseguran que todos los coches son buenos, lo malo es quien los conduce; es definitiva, es como una especie de tabú que podríamos responder al decir que todo dependerá del mantenimiento exhaustivo que le brindemos a nuestro vehículo, de hecho, está comprobado que, los coches que menos se accidentan, son aquellos que se mantienen al día con todos sus mantenimientos; recuerde, ni por más nuevo que sea su coche, solo agua, gasolina o diésel no hacen milagros.
Primeras causas
Hoy analizaremos una de las fallas más comunes en los coches que, por cierto, es una de las principales causantes de muchos de nuestros dolores de cabeza. Recalentamientos inesperados. Ya en el pasado consideramos que uno de los causantes de los recalentamientos es el radiador, cuando deja de funcionar correctamente; el radiador es esa especie de recipiente por donde circula el agua o el líquido refrigerante de nuestro coche. El agua entra en el radiador y luego sale hacia el motor, gracias a la acción que cumple la bomba del agua, quien es la responsable de que el agua o refrigerante circulen de manera constante. Cuando el radiador se tapa o se obstruye el agua deja de circular en la misma cantidad, provocando recalentamientos en el motor.
La bomba del agua
La bomba del agua es otra de las causantes; una bomba mala no permite que el agua cumpla su ciclo, ese ir y venir entre el radiador y el motor del coche. Cuando la bomba se daña tenemos dos opciones, repararla o comprarla nueva. Lo más recomendable es comprar una bomba nueva ya que a la larga durará mucho más que una reconstruida, aunque todo dependerá del presupuesto de cada quien a la hora de tomar decisiones.
Más detalles
Hay otros detalles, aparte del radiador y la bomba, que también tienden a recalentar el coche, y es bueno saber y entender cuáles son para solventar en un momento determinado. Pero lo primero que debe hacer al conducir su coche y notar que la aguja de la temperatura sube es detenerlo y apagarlo. El recalentamiento es uno de los enemigos más fuertes de nuestro motor ya que tiende a perjudicar piezas importantes dentro y fuera de él; empacaduras, cables, sensores, entre otras cosas, suelen perjudicarse cuando hay un recalentamiento y no apagamos el motor. Los gastos a raíz de estas piezas, y la mano de obra generalmente salen muy costosas, por ello, sea precavido, y no force su coche más de la cuenta.
Radiador, tapa y bomba
Revise la tapa del radiador y asegúrese de que esté en buen estado. El tiempo es el peor enemigo de las cosas, ya que poco a poco van perdiendo sus prestaciones iniciales. El mismo radiador debe estar limpio, sin obstrucciones de ningún tipo, para que el agua entre y salga sin problemas. Cheque que el nivel del refrigerante o agua sea siempre el correcto, que no haya fugas ni por el radiador, ni por la bomba ni por las mangueras.
El termostato y el electro ventilador
Son dos piezas fundamentales que ayudan a mantener el motor fresco. Un termostato tapado evita que el agua o refrigerante fluya entre el motor y el radiador. Por otro lado, el electro ventilador se activa cuando su válvula de encendido detecta que la temperatura sube más de la cuenta, si esta válvula está mala o el ventilador esta malo, la temperatura subirá y correremos riesgo de recalentamientos.
Como vemos, son varios los factores que pueden producir un recalentamiento en nuestro coche, por ello, les recomendamos hacer revisiones periódicas a su automóvil, sobre todo a aquellos que conservan vehículos antiguos. Recuerde querido lector, prevenir es la base para no tener lamentar.
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