El Trabant fue un coche producido desde el año 1957 hasta el año 1990, casi 33 años en producción, lo que se puede traducir como todo un logro para un coche que por poco casi y no se fabrica, dado las difíciles condiciones tanto económicas y sociales en las que se encontraba el país en aquel momento.
Luego del cambio social y político tan radical de la Alemania Soviética en el año 1945 unos de los principales obstáculos a superar era la falta de materia prima para la reactivación de las empresas; en el campo automovilístico el acero era el principal componente y al finalizar la guerra era una de los más escasos.
Se eligió el algodón
VEB Sachsenring Automobilwerke Zwickau era una empresa fabricante de coches en aquel entonces perteneciente a Alemania del Este y responsable de la fabricación del Trabant. Debido a la falta de acero muy necesario para la fabricación de coches esta empresa se vio en la obligación de emprender la búsqueda de materiales alternativos que le permitieran reactivar su producción, es así como se inicia una intensa búsqueda por algo que pudiese reemplazar al acero; la empresa realizó pruebas con materiales que parecieran un tanto descabellados tales como el cartón, la madera, el algodón entre otros. Estos se mesclaban con otros componentes para agregarles más resistencia, siendo el material elegido para la fabricación de su carrocería el algodón debido a su bajo costo para ser traslada desde Rusia que, al ser combinado con resina y al aplicarle una presión de 40 kilos por centímetro cuadrado y ser calentado a unos 170 grados centígrados aproximadamente se podía obtener lo que se conoce como el Duroplast, que no es más que un plástico obtenido de la combinación de residuos de fibra de algodón y resina como ya se comento antes.
Se resolvió el problema y comenzó la fabricación
Habiendo resuelto uno de los principales inconvenientes como lo era falta la escases de materia prima para fabricar la carrocería, ya el Trabant contaba con un chasis de acero y un cuerpo fabricado en plástico duro, solo quedaba pendiente resolver otro obstáculo pero en este caso relacionado con el sistema de propulsion del coche. Limitado a utilizar un motor de dos tiempos debido al poco presupuesto de la época e incluso a la misma falta de piezas y materiales para la construcción de motores más grandes y potentes, este propulsor de dos tiempos resulto la opción más económica para el fabricante si quería obtener un mínimo éxito de ventas. En otras palabras, los ingenieros y mecánicos debieron trabajar con las uñas para sacar adelante un proyecto que sencillamente parecía inviable. Lo hicieron.
Algunos inconvenientes de consideración
Aunque este motor de dos tiempos ubicado en la parte delantera del coche dispuesto en forma transversal ofrecía un rendimiento un tanto aceptable, pronto se convirtió en unos de los principales inconvenientes de este vehículo ya que su escape producía mucho humo lo que incumplía las normas ambientales convirtiéndolo en una fuente de contaminación del aire. El consumo de combustible era bastante aceptable, 71/100, esto representó otro de los inconvenientes a superar, pues al no contar con una bomba de aceite era necesario agregar el aceite directamente en el tanque de combustible en cada llenado, actividad que al poco tiempo resulto un poco molesta para sus propietarios. Otro de los detalles es que tampoco tenía una bomba de combustible, por ende, la única manera de que este llegara al carburador era por gravedad, por lo que el tanque del combustible estaba ubicado por encima de su motor lo que aumentaba el riesgo de incendio en accidentes frontales.
El coche ideal pese a los inconvenientes mecánicos
Sin embargo, otros aspectos como su excelente relación peso tamaño, aproximadamente 600 kilogramos, le permitió a este modelo acelerar de cero a 100 kilómetros por hora en apenas 21 segundos. Se trataba de un coche bastante accesible para el público en general de la Alemania del Este, por lo económico que resultaba, además de ofrecer una estructura bastante confiable y duradera, y una mecánica algo adelantada para el momento. También podemos mencionar la suspensión independiente, tracción delantera y motor transversal, características que resultaban bastante poco comunes en aquel momento.
Inolvidable
El Trabant llegó a ser considerado con un símbolo del país durante la caída del muro de Berlín que a mediados del año 1989 experimentó un incremento considerable en sus ventas lo que dio como resultado la creación de una lista de espera tanto de la Alemania del Este como de Alemania Oriental, en la cual el tiempo de espera dependía de su proximidad a Berlín.
Se mantuvo por 33 años
Cerca de 3.096.999 unidades de este coche fuero fabricadas a lo largo de estos 33 años en los que se mantuvo en producción, disponible en varias versiones de las que el sedan de dos puertas fue la más popular; el bujía con techo como también se le conocía, tenia estimada una vida promedio de 28 años. A lo largo de todo el tiempo en que se mantuvo en producción fueron muy pocos los cambios realizados a su diseño, de hecho, uno de los datos importantes a recordar es que Trabant es la palabra alemán cuyo significado puede ser traducido como satélite o Compañero, y al parecer "compañero" es la más acertada para describir a este coche, ya que generalmente resultaba inseparable para sus propietarios.
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