En los últimos años los coches eléctricos han subido como la espuma, ocupando una parte importante en el mercado comercial, de hecho, hay un importante porcentaje de usuarios que ahora se inclinan por este tipo de vehículos, tomando en cuenta que en sus inicios era muy poca la confianza que las personas le tenían a este tipo de opciones ofrecidas para la movilidad, sobre todo porque su principal fuente de energía necesaria para impulsar al coche es una batería, y esta no garantizaba su durabilidad para realizar trayectos que implicaran una gran distancia, además de estar limitados por no contar con estaciones de carga disponibles, y todo el tiempo que se debía invertir para que la batería del vehículo alcanzara un nivel carga óptimo para reanudar el viaje.
Sin embargo, las cosas han ido cambiando y estos problemas están quedando en el pasado, ya que muchas de las empresas dedicadas a la fabricación de coches eléctricos han invertido una inmensa cantidad de recursos en la búsqueda por desarrollar sistemas de propulsión para este tipo vehículos que ofrezcan una mayor autonomía; gracias a esto los niveles de aceptación y confianza por parte de los usuarios ha venido aumentando y es por ello que el futuro de los coches con motores de combustión está cada vez más cerca de llegar a su final. Los coches eléctricos han dado paso a las nuevas opciones de movilidad como lo son los coches híbridos y finalmente a los coches completamente eléctricos.
Aunque en la actualidad convertirse en el propietario de un coche eléctrico requiere de una gran inversión de capital puesto que los coches eléctricos actuales son ofrecidos como opciones lujosas, y elegantes, si nos sentamos con calculadora en mano y comenzamos a sacar algunas cuentas, pronto nos daremos cuenta que a largo plazo habremos hecho una inversión la cual nos terminará ahorrando una gran cantidad de dinero, debido a que los coches eléctricos con respecto a los coches de combustión tradicionales requieren de menos inversión de dinero en el reemplazo de piezas y mantenimiento de todos y cada uno de sus componentes.
Parte de sus ventajas
A nivel de ventajas, los coches eléctricos ofrecen diversas opciones si lo comparamos con un coche de motor de combustión tradicional; para comenzar estos no generan daños en el ambiente al no producir emisiones, tampoco generan contaminación sónica ya que sus motores son muy silenciosos, y para el propietario de un coche eléctrico que haya tenido en el pasado un coche de combustión estas ventajas se reflejaran directamente en su bolsillo. Los bólidos eléctricos, al contar con menos piezas que un motor de combustión, son menos los componentes que tienen necesidad de ser reemplazados por averías o por daños mecánicos.
Posibles averías
A diferencia de los coches convencionales con motores de combustión que periódicamente requieren de cambios de componentes como bujías, filtros de gasolina, cables, aceite, y un gran número de partes necesarias para la puesta en marcha y correcto funcionamiento, los eléctricos son más sencillos. Una de las averías más comunes en un coche eléctrico está asociada a sus baterías las cuales en su mayoría brindan una autonomía de 2 horas, o lo que sería su equivalente a unos 100 kilómetros, esto también dependerá mucho del tipo de vehículo eléctrico. Los coches eléctricos no tienen la necesidad de usar algunas piezas para su fabricación y funcionamiento como por ejemplo, reemplazar el embrague, ya que la mayoría no cuenta con una caja de cambios. El sistema de frenado tampoco amerita gran inversión en el reemplazo de pastillas de frenos ya que el coche eléctrico cuenta con un sistema de frenado regenerativo que reutiliza la energía cinética de los frenos almacenándola en sus baterías para luego ser utilizada para el funcionamiento del coche, esto no significa que no hace falta reemplazar las pastillas de freno en los coches eléctricos, pero sí que su cambio debe realizarse con menos frecuencia debido a que sufre menos desgaste.
Qué se debe reemplazar
Al igual que los coches con motores de combustión tradicional existen algunos componentes con los cuales debemos estar atentos y periódicamente realizar el mantenimiento preventivo, como por ejemplo, el líquido para frenos, los filtros del aire acondicionado, y algunos componentes mecánicos como los que integran el tren delantero. También debemos tomar en cuenta los neumáticos, que en este caso durarán unos cuantos años dependiendo del uso.
Detalles finales de los coches eléctricos
Para culminar vale la pena tomar en cuenta que, debido al lento proceso que ha significado la introducción de los coches eléctricos al mercado en su totalidad, muchos de los talleres dedicados a la reparación mecánica de averías comunes en los coches no han podido documentarse o en este caso, prepararse para solucionar todos los fallos que podrían presentarse en la mayoría de los coches que se impulsan gracias los motores cero contaminantes.
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