Quizá no era la manera mejor de tener un hueco en el mundo del automóvil y a tenor de los hechos tampoco la más rentable, pero la forma de vivir de Wiesmann a la hora de crear sus particulares deportivos tenía ese olor a añejo, a una filosofía que ha caído en el olvido entre los grandes grupos y los acuerdos que ahora mismo sustentan el mercado del autómovil. Sin embargo esta visión tiene los días contados ya que Wiesmann se ha declarado en bancarrota ante el Tribunal competente, aceptando su estado de insolvencia y resignándose a la desaparición salvo novedad de última hora.
La esencia de Wiesmann era clara y cada segundo del tiempo empleado era por y para crear deportivos puros, con esa imagen retro que tanto enamoraba a sus ocasionales compradores que más que compradores se pueden catalogar como apasionados del mundo del motor. La empresa fue fundada en 1988 y salvo que llegue algún tipo de inversor de última hora, parece que la historia del humilde fabricante alemán terminará 28 años después. Una pena ya que el sueño de los hermanos Martin y Friedhel Wiesmann no tendrá continuidad y que el lado más pasional quede ahogado entre finanzas imposibles.
Final anunciado
La marca que tiene un gecko por logo tiene una breve historia en lo que se refiere a los modelos fabricados pero cada uno de ellos era una parte pasional del automovilismo. El primer roadster salió del taller del fabricante alemán en 1993 y no fue hasta 2006 cuando se empezaron a producir el Wiesmann MF 30, el Wiesmann MF Roadster y el WIesmann GT MF 4 Coupé, teniendo como patrón común ese aire añejo con motores y cajas de cambio suministradas por el grupo BMW. Además, recientemente presentaba el Wiesmann GT MF4-CS con una tirada reducida a 25 unidades.
Sin embargo, con la llegada del concept Wiesmann Spyder los rumores de una situación delicada comenzaron a sonar y antes de que esta nueva visión de la marca viese la luz, la bancarrota ha asolado al fabricante. Ahora toca esperar para ver si BMW, gran suministrador de la marca u otro comprador se hace cargo de las de deudas del fabricante alemán y consigue resucitar esta pura esencia de automovilismo que sin embargo no tuvo la aceptación esperada, con apenas 200 unidades anuales vendidas.
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