El BMW i8 es uno de los modelos más inclasificables del mercado. Su particular arquitectura plug-in hybrid, motor térmico situado en uno de los ejes mientras otro motor eléctrico da vida al otro eje, es la propia de ciertos modelos híbridos, siempre de corte ecológico y eficiente, pero nunca prestacional.
El i8 es un coupé extremadamente tecnológico, construido con los materiales más nobles como el aluminio o el carbono. Su tecnología y especificaciones lo separan de todo lo que hay en el mercado, ya sea por precio, concepto o prestaciones.
El motor térmico es un tricilíndrico de 1.5 litros turboalimentado, con una excelente cifra de potencia de 231 caballos y 320 Nm de par, situado sobre el eje trasero de forma transversal está conectado a este con una transmisión automática de seis relaciones.
Por otro lado, sobre el eje delantero se encuentra, también dispuesto transversalmente, el motor eléctrico de 131 caballos y 250 Nm de par. En total se dispone de la nada despreciable cifra de 362 CV, para un peso total de 1.560 kilos, lo que arroja un consumo homologado de solo 2,1 litros a los 100.
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Previo a la presentación oficial que realizó Marmotor, el concesionario oficial de BMW y MINI de Las Palmas de Gran Canaria, tuvimos la ocasión de analizarlo y realizarle una estupenda galería fotográfica, gracias a nuestro colaborador LAPIX, y que podéis disfrutar al pié de este artículo.
En persona el i8 no defrauda, al contrario, su particular diseño es mucho más vivo y expresivo que lo que muestran las fotografías o vídeos oficiales. El estilo de carrocería en varios tonos, seña de identidad hasta ahora de la Serie i de BMW, le confiere una imagen extremadamente tecnológica y moderna.
Nada en todo el panorama automovilístico se le parece, sin límite de precio.
Toda su carrocería está plagada de detalles y recovecos, creando los diferentes volúmenes que lo conforman, separados por los distintos paneles de diferente coloración, resaltando su anchura y escasa altura, por lo que destacan sobremanera las enormes llantas de 20 pulgadas que dejan entrever los enormes discos de 340 mm de diámetro.
El interior es lo único que nos recuerda que estamos ante un BMW, las formas del salpicadero denotan en cierta manera el ADN de la marca, ya que el exterior tan solo delata su procedencia por las formas de los pilotos y los imprescindibles riñones de la marca. Incluso el inconfundible "Hofmeister kink" pasa desapercibido en un primer vistazo, obligando al espectador a mirar de nuevo para poder encontrarlo.
El diseño del nuevo i8 es ante todo una apología de la ingeniería aplicada al universo automotriz, la expresión visual de la tecnología con la que ha sido concebido.
Agradecemos a Marmotor, concesionario oficial de BMW y MINI de Las Palmas de Gran Canaria la colaboración prestada para la realización de este artículo.
Imágenes: LAPIX
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