La industria de la automoción se prepara para vivir un conjunto de años y tiempos convulsos donde apuestan fuertemente por un tipo de movilidad completamente distinta al que se esperaba. Asia se ha ido proponiendo estar en la cabeza desde el inicio y no es para menos donde la sostenibilidad y la movilidad sin emisiones de carbono están en un primer plano, algo que es posible gracias a la apuesta por un tipo de movilidad eléctrica por completo. Ahora, que desde la Unión Europea se ha propuesto estar en un primer plano, se evidencia que existe un grave problema en la base de una fábrica de producción que se sitúa en el viejo continente.
Con la llegada de la conocida Euro 7 que estará vigente a partir de 2025, la empresas y marcas estarán manteniendo una dura presión, y por ello, esperan que se aprieten todos el cinturón. El objetivo no es otro que en 2030 ya exista una reducción de las emisiones de gases contaminantes en un 55% respecto al 2021. De este modo, son muchas las firmas que han decidido decir adiós al coche de combustión interna y darle la bienvenida a los eléctricos.Son muchas las firmas que han decidido apostar por una electrificación completa de sus coches, aunque existe una seria duda sobre la viabilidad de este tipo de negocio, donde ven inviable que existan coches con un precio inferior a los 20.000 euros. A todo ello, hay que sumarle que deberán realizar una inversión muy elevada para sacar adelante estos proyectos.
El foco puesto en China
En un foro organizado por la Anfac, el CEO de Renault España, Josep María Recasens, ha afirmado que "Estamos perdiendo el tiempo con los motores de combustión cuando los chinos están ya con la otra tecnología (...)Si en lugar de acero, hay que utilizar acero con menos huella de carbono eso significa más dinero. Y hay que ver quién pagará la factura, si el fabricante, el proveedor o el cliente". Dicho esto, ahora toca ver hasta que punto la hibridación del sector da el fruto que esperan y si realmente son tan competitivos como esperan.
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