¿Qué sería de nuestro mundo si no existieran las carreteras? Esto es algo difícil de imaginar y desde los comienzos de la civilización humana, las calzadas o antiguos caminos fueron los primeros signos de progreso. Con el crecimiento de las poblaciones se hizo necesaria la comunicación con los demás poblados existentes con el fin de hacer llegar alimentos y otros materiales hacia otros pueblos o regiones lejanas, así nace la carretera. Por mucho tiempo se creyó que los primeros caminos fueron creados con el pasar de los animales durante su migración y movimiento constante, cosa que ha sido puesta en duda ya que los mismos no suelen recorrer los mismos senderos. Un ejemplo de estos primeros caminos que aún existen es el Camino de Icknield en Inglaterra, donde tanto humanos como animales usaban el mismo camino al desplazarse. Durante aquella era los caminos estaban compuestos de veredas peatonales en donde las tribus nómadas se desplazaban a pie entre las regiones en busca de alimento o para llevar algún mensaje por parte de la autoridad del grupo étnico a las diversas tribus que conformaban su Imperio.
Primeras carreteras
Al principio el transporte fluvial era mucho más rápido y fácil de que se hacía por carretera, pero con la aparición de la rueda todo esto cambió. Con el invento de la rueda también llegaron los carruajes jalados por animales o humanos, por lo que las carreteras tuvieron que ser acondicionadas para poder ser usadas por este tipo de transporte. Los primeros constructores de carreteras fueron los mesopotámicos entre los años 4.000 y 3.500 AC, los arqueólogos han conseguido calles pavimentadas en la antigua ciudad de Ur. En el año 3.000 AC se comenzaron a usar ladrillos para construir las calles en la India. Hacia el año 500 AC, el rey Darío de Persia ordenó la construcción del Camino Real de Persia, el cual comenzaba en la ciudad de Susa cerca del golfo pérsico pasando por la región de Arbela, Nínive cruzando el río Éufrates y conectando a las ciudades de Éfeso y Esmirna. Esta carretera fue una importante vía de comunicación cuya distancia entre Susa y Esmirna era de 2.957 km y según el historiador Heródoto del año 475 AC su recorrido completo se hacía en 93 días.
Otra carretera importante de la época la construyeron los chinos y se constituyó como la más larga del mundo, la llamada Ruta de la Seda por allá en el siglo XI AC. Aquellas vías eran muy amplias y su longitud abarcaba los 3.200 km pasando por ciudades importantes como Sianfu, Nanking y Cheng-tu. Al otro lado del globo, el Imperio Inca también tuvo su aporte en la construcción de caminos muy avanzados que no se consideraban carreteras pues ellos no contaban con la rueda y sólo los surcaban a pie o con llamas, las bestias de carga de los Andes, sin embargo, fueron verdaderas obras de ingeniería al sortear la accidentada topografía del suelo y las montañas de los Andes de Sudamérica. Luego aparece en la escena de la historia de la humanidad el Imperio Romano, quienes a partir del 312 AC, comienzan la construcción de la más importante red de calzadas que al principio eran parte de la estrategia militar para permitir el abastecimiento oportuno de su vasto ejército, pero que también contribuyó a la unión entre el continente europeo con el norte de África. Este sistema de carreteras partía de la capital del Imperio, Roma y abarcaba unos 80.000 km compuestos en 29 calzadas y que conectaban todas aquellas regiones que habían sido conquistadas incluyendo a Gran Bretaña.
Mantenimiento de las primeras calzadas
Según la antigua ley romana, toda persona tenía el derecho de usar las calzadas, pero su mantenimiento recaía en los habitantes del distrito por la que esta pasaba. Las calzadas romanas tenían un espesor entre los 90 a 120 cm y se componía por tres capas de piedra argamasadas cubiertas por una capa de bloques de piedra en su nivel superior. Con la ausencia de la autoridad central y con la caída del Imperio Romano, las calzadas comienzan a sufrir un gran deterioro, para lograr recuperarlas el gobierno francés durante la mitad del siglo XVII instituye un nuevo sistema con el objeto de construir nuevos 24.000 km de carreteras principales, las cuales fueron cedidas a diferentes compañías privadas para que se encargaran de su mantenimiento. De este modo, nacieron los muy conocidos peajes que perduran hasta nuestros días y cuya función es el cobro por el uso de la vía para su posterior mantenimiento invirtiéndole lo recaudado.
Con el avance del tiempo, las técnicas para la construcción de carreteras fueron cambiando con el objeto de mantener a raya al enemigo natural de las carreteras: el agua. Fue durante las primeras décadas del siglo XIX cuando los ingenieros británicos, Thomas Telford y John McAdam junto al ingeniero francés Pierre-Marie-Jérome Tresaguet que instituyeron dos sistemas. El primero fue el sistema Telford en donde se cavaba una zanja e instalaban cimientos de roca pesada, los cimientos se levantaban en el centro para que la carretera se inclinara hacia los bordes, sistema que aún perdura hasta nuestros días y ha sido muy efectivo. En un próximo artículo analizaremos el segundo sistema de construcción y como ha seguido la evolución de las carreteras con la aparición del coche a motor hasta nuestros días.
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