Como pudimos notar en la primera entrega de este artículo, las primeras vías de comunicación fueron senderos que se atravesaban a pie o con animales de carga, siendo las mismas las primeras muestras de progreso en la historia humana. Pero a medida que las poblaciones fueron haciéndose más numerosas no solo fueron aumentando dichos senderos, sino que también hubo que hacerlos más anchos ya que la circulación en ellos también experimentó un notable aumento. Estas con el paso del tiempo, cuando el imperio romano estaba en su mejor momento se construyeron con materiales que han perdurado hasta nuestros días, lo que indica la obra de ingeniería de aquellos tiempos, cosa que también es extensible a algunos pueblos indígenas de América.
En el artículo anterior quedó pendiente tratar el segundo método para la construcción de carreteras. El primero de ellos fue el sistema Telford cuyos cimientos se levantaban hacia el medio de la carretera con el fin del que el desagüe corriera hacia los bordes de la misma. El segundo método se llamó McAdam con el que se creía que la tierra al estar bien drenada soportaría la carga que se infligiera sobre ella. Para su construcción, muy diferente al sistema Telford se colocaba la capa final de piedra quebrada sobre un cimiento que era de tierra y no de roca, esto con el fin que el mismo desaguara. Este método también fue conocido como la macadamización y fue adoptado en la construcción de casi la totalidad de las carreteras de Europa. No obstante, con la aparición del vehículo a motor y sobre todo con el uso de los pesados camiones durante la I Guerra Mundial, estas carreteras sucumbieron, por lo que hubo que volver a emplear el sistema Telford para la construcción de las nuevas carreteras, ya que el método Telford proporcionaba una mejor distribución de la carga de la carretera sobre el subsuelo subyacente.
Tipos de vías
Hacia los siglos XV y XVI comienzan a pavimentar las vías o carreteras. No obstante, con la llegada del vehículo automotor se hizo necesaria la construcción de nuevas vías y la ampliación de las ya existentes. De este modo fueron desapareciendo las calzadas de piedra y fueron sustituidas por las losas pavimentadas, esto hizo posible que los viajes en carrosas o en autos fueran más cómodos. Por otra parte, con la aparición del ferrocarril durante la segunda mitad del siglo XIX sucede el declive y construcción de carreteras. Sin embargo, a medida que los vehículos se hicieron más accesibles al público y fue creciendo su número se hizo necesario retomar la construcción de vías de comunicación que al principio sólo se limitaba a calzadas de doble vía. Para la década de los años 30 en el siglo XX, Alemania fue la pionera en desarrollar un nuevo tipo de carretera que se conoció como la autobahn, siendo la primera autopista de la historia hasta nuestros días, la cual cuenta con la alta capacidad de permitir un gran número de autos a la vez, soportando así no sólo los vehículos livianos sino también los de mayor tamaño y peso como son los camiones de carga.
Carreteras
Las carreteras de la actualidad, que también se les conoce en otras regiones como rutas, son de uso público y constan de dos carriles, uno de ida y otro de vuelta, es decir, doble vía, aunque algunas de ellas disponen de un tercer carril en aquellos tramos lentos. Su velocidad se regula dependiendo de las características del terreno por donde cruce, siendo este fijado ya sea en 60, 80 o 90 km/h como máximo. Su mantenimiento recae sobre la gobernación del estado en el país en que se encuentre y no disponen de ningún peaje, a estas vías también se le conocen como troncal o carretera nacional.
Autovía
Las autovías son carreteras que aunque no reúnen las condiciones para ser llamadas autopistas si poseen calzadas separadas para cada sentido de circulación, su acceso a las propiedades circundantes es limitado y no poseen cruces de nivel como líneas de ferrocarril o tranvía. Para las autovías la velocidad máxima se fija en los 120 km/h.
Autopistas
Las autopistas son carreteras de alta velocidad con diversos carriles separados para su sentido opuesto por alguna defensa ya sea de metal o concreto, salvo en algunas partes limitadas por una franja de terreno no destinadas a la circulación o en caso de excepción el empleo de otros medios u objetos. Su velocidad se limita a los 120 km/h y para el ingreso de muchas de ellas se hace pasando por un peaje con la cancelación respectiva para su uso. Las mismas no disponen de acceso a ninguna propiedad circundante y mucho menos tienen cruces de nivel o por alguna servidumbre de paso. No cabe duda que con el paso de los siglos, el hombre ha mejorado las vías de comunicación entre los poblados y países con el fin de transportar cualquier cantidad de productos y víveres desde una población a otra, y aunque existe el transporte aéreo y marítimo, el transporte terrestre ha sido muy crucial a la hora de abastecer los poblados circundantes. De ahí la importancia del mantenimiento oportuno de los diferentes tipos de carreteras, esa arteria que logra mover un país.
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