La historia de este Corvette es, probablemente, una de las más sorprendentes que se han dado a conocer en los últimos años relacionadas con el automovilismo clásico. Es habitual que cada cierto tiempo reaparezca, o sea descubierto, algún clásico perdido o simplemente desaparecido de la vista durante unos años, algunos en mejor y otros en peor estado, pero la historia del Stingray de Don McNamara se sale totalmente de lo común.
El deportivo en cuestión, que actualmente forma parte de uno de los lotes que subastará la compañía Mecum en Houston, y a quien agradecemos haber dado a conocer esta historia y permitirnos a MotoryRacing relatarla, es con toda probabilidad, el Corvette Stingray mejor conservado de la historia, el mejor ejemplo del modelo en su estado original que probablemente haya en el planeta.
Y la razón de que así sea, es precisamente su extraña y rocambolesca historia, que nos permitimos contarla en el mismo orden en que la compañía de subastas la describe, en la ficha descriptiva del lote.
Otoño de 1966
Su propietario, Don McNamara de Colorado Springs, festejó su licencia de los Marines yéndose de viaje a la celebre ciudad de Las Vegas, donde el azar y una maquina tragaperras le consiguieron un premio de 5.000 dólares, cantidad que era toda una fortuna de la época.
Con ese capital decidió darse el capricho, no sabemos si de sus sueños o circunstancial, de comprarse un Chevrolet Corvette nuevo, pero con unas especificaciones y opciones muy concretas que hacían que su precio superase por 500 los 5.000 dólares que tenía de presupuesto. Así que con la ayuda de su padre, precisamente vendedor de coches, y tras mucho buscar, lo consiguieron. Aunque tuvieron que recurrir a un concesionario un tanto alejado de su domicilio, unas 125 millas.
El Corvette, un Stingray coupé dotado de la opción de motor V8 427, que disponía de la nada despreciable cifra de 390 caballos, fue fabricado el 10 de mayo de 1967, tan solo 10 días antes de que le fuera entregado a McNamara. Eso sí, dotado de todas las especificaciones solicitadas por el, la opción de motor V8 antes mencionado, transmisión manual tipo M20 de 4 velocidades, lunas tintadas, volante telescópico, radio AM/FM, sistema de escape con salidas laterales y las preciosas llantas de aluminio opcionales con perno central.
Los colores escogidos, por lo visto debidos al exacerbado patriotismo de McNamara, fueron el Blanco Ermine para la practica totalidad de una carrocería adornada por líneas en Rojo Stinger y un interior totalmente rojo, incluido el techo. A lo que añadió posteriormente un juego de neumáticos con laterales pintados con líneas blancas y azules.
El nuevo y flamante Corvette Stingray del 67 fue conducido regularmente por su orgulloso propietario durante unos meses, para luego, misteriosamente, desaparecer sin dejar rastro.
El propietario se limitó a decir desde entonces que ya no tenía el Corvette, sin más explicaciones ni detalles, hasta que poco tiempo después simplemente fue olvidado, como cualquier otra de las cosas que compramos para luego dejar de tener por el simple devenir de la vida.
Verano de 2011
Cuarenta y cinco años después, Don McNamara dejó este mundo sin dejar descendencia ya que nunca tuvo ni familia ni hijos, por lo que legó su casa y todas sus pertenencias a sus vecinos de al lado, una pareja con la que había mantenido una amistad que duró 22 años.
Inesperadamente, ya que suponían conocer bien la casa de su vecino y amigo, al inspeccionar la propiedad descubrieron un vehículo tapado con una lona y diversas banderas del Cuerpo de Marines en el garage. Vehículo que no podía ser otro que el Corvette desaparecido más de cuatro décadas antes, del que ni su propio vecino había visto, oído o sabido nada en más de 2 décadas de buena relación.
Si la aparición del vehículo ya fue sorprendente, tras ser ocultado durante cuarenta y cinco años, la inspección a su estado reveló algo aún más insólito, el estado de conservación del Corvette era tan magnífico como extraño, debido a su alto grado de conservación original.
Se ve que pasado el primer año, y probablemente para evitar pagar los correspondientes pagos y seguros por el vehículo, se limitó a mantener el coche entre algodones y a conducirlo únicamente, siempre en solitario y en secreto, a altas horas de la noche. Sin que al parecer nadie se percatara del hecho. El increíble estado del Corvette habla por si solo del más que probable obsesivo tratamiento recibido en su escondite.
Estado excepcional
Cuando el Corvette finalmente salió a la luz había recorrido tan solo las miseras 2.996 millas que rezaba su velocímetro, ya que desde mediados de los años ochenta no había vuelto a pisar el asfalto.
Su estado es simple y llanamente original, como si hiciera poco tiempo que hubiese salido del concesionario, salvando ciertos detalles leves de personalización conserva intactas e impolutos todos sus elementos y superficies, que de hecho, nunca han visto la lluvia o cualquier otra inclemencia meteorológica, ni ha sido lavado jamás con agua, hasta la fecha.
Hasta el día de hoy, la única persona que ha conducido el Corvette ha sido el propio McNamara, tan solo dos personas más han llegado a ocupar el asiento del conductor, pero sin conducirlo, mientras que el asiento del pasajero nunca ha sido utilizado, de hecho, en las imágenes se aprecia una chaqueta que perteneció al propietario, que al parecer ni siquiera ha sido retirada aún.
El descubrimiento del Corvette ha causado conmoción en la comunidad de aficionados del modelo, y no solo por lo anecdótico del caso, sino porque es el mejor ejemplo físico del Stingray en su verdadero estado original que existe actualmente, lo que lo convierte en un recurso de gran valor para restauradores y especialistas del modelo.
Al igual que el estado impecable del vehículo, toda la documentación del vehículo se encuentra completa y en su estado original, recibos y fundas incluidas. En la galería de imágenes del modelo que acompaña este artículo, se puede observar la alta calidad y conservación del Stingray.
Fuente: Mecum Auctions
Photo credit: Photos by David Newhardt Courtesy of Mecum Auctions
Artículos recomendados