Durante su vida comercial, el 308 dispuso de dos carrocerías, cerrada coupé y variante abierta tipo targa, en tres variantes que fueron renovando mecánicamente al modelo. Nacido en principio como GTB/GTS, en 1980 cambiaron su alimentación por carburadores por un nuevo sistema de inyección Bosch K-Jetronic mecánica, debido a las normativas de emisiones.
Por lo que tras el cambio, la potencia original de 240 CV descendió a 214 CV, lo que unido a la nueva carrocería realizada en acero en lugar de la original realizada en fibra, y que aumentó el peso unos 150 kilos, provocó que las nuevas versiones GTBi/GTSi perdieran prestaciones con las novedades mecánicas.
A esta variante pertenece la unidad de las imágenes, que permaneció en catálogo hasta 1982, cuando la firma introdujo la nueva culata de cuatro válvulas por cilindro que le da nombre, 308 GTB/GTS quattrovalvole.
Esta última es la más apreciada por los coleccionistas, aunque siempre por detrás de las escasas primeras unidades fabricadas en fibra, debido al mejor rendimiento del nuevo motor y las pocas modificaciones que estrenó la versión de cuatro válvulas por cilindro, como los bajos del paragolpes delantero más agresivos y los nuevos retrovisores, sustituyendo a los originales de fuelle.
Los 308 GTB/GTS disponen de una de las imágenes más icónicas y reconocibles de la historia de la marca. El diseño de Leonardo Fioravanti, creador también del 365 GTB/4 'Daytona' o el 365 GT4 Berlinetta Boxer, bebía de muchas fuentes, incluidos los Berlinetta Boxer o el Dino 246 al que sustituía, adaptando la silueta de este a las nuevas líneas 'edge design' imperantes en aquella década.
Familia
Derivados del 308 fueron el 308 GT4 y más tarde su sustituto, el Mondial, además de versiones de menor cilindrada destinadas al mercado italiano, los 208 GTBi/GTSi, con motor V8 de 2.0 litros creados con el único fin de evitar la gravosa fiscalidad que disponía Italia para motores de más de 2.000 c.c.
El súmmum del 308 llegó justo un año antes de la llegada del 328 GTB/GTS, su sustituto natural, con la presentación del radical 288 GTO en 1984, que empleaba las mismas líneas del 308 pero exacerbando sus volúmenes. Con un V8 de 2.8 litros doblemente sobrealimentado, disponía de 400 CV, cifra entonces que no disfrutaba ni el brutal Lamborghini Countach, comercializado entonces con 375 CV.
Actualmente es un modelo muy bien considerado en el mercado de clásicos, de los favoritos por los coleccionistas debido sobre todo a su agresiva y afilada imagen, dotada de un frontal en pico imposible de repetir con las legislaciones actuales, y con una silueta globalmente reconocida como la de los primeros Ferrari de la era moderna.
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