Tras unos meses de expectativas, la subasta de Artcurial en Retromobile París supuso la venta del Ferrari 335 Sport Scaglietti de 1957 sin que batiera el más preciado de los récords, el de vehículo más caro vendido en una subasta del mundo, aunque se quedó bastante cerca y lo que sí que ha terminado siendo es el modelo más caro subastado en Europa. Aunque depende de con que divisa hagamos el cálculo, nos puede resultar que realmente ha sido el modelo por el que se ha pagado una cantidad más alta.
El truco ha estado en que el 335 Sport ha sido vendido en euros, con un cambio ante la libra y el dólar más desfavorable que en 2014, cuando fue subastado en Monterrey el Ferrari 250 GTO, perteneciente a la colección Maranello Rosso, que por su precio en dólares continúa siendo el automóvil por el que se ha pagado más dinero en una subasta, quedando el 355 en un honroso segundo lugar de esa exclusiva lista.
El martillo golpeó y cerraba la subasta del 335 S Sport en 32.075 millones de euros, incluyendo gastos e impuestos, tras una tensa batalla de pujas que acaparaba toda la atención de la sala. No en vano el modelo de competición italiano fue debidamente promocionado en los meses anteriores por la casa de subastas francesa y era la estrella indiscutible de un evento en el que también fue vendido el Testarossa spider plateado de Giovanni Agnelli por poco más de 1 millón de dólares y el curioso Ferrari California de 2010 del que os hablamos recientemente, que duplicó incluso el precio habitual de su sucesor, el California T. Única y exclusivamente porque es una de las únicas 5 unidades fabricadas con transmisión manual, de los cuales solo este ejemplar y otro disponen de volante a la izquierda.
Historial
Volviendo al raro y prácticamente único 335 S Sport, el historial del modelo auguraba un precio de escándalo, apuntando directamente a los precios más altos pagados nunca en subasta pública. Entre los pilotos que estuvieron a los mandos de este raro ejemplar podemos encontrar a los más insignes nombres del automovilismo deportivo de esa década, como Sir Stirling Moss, Wolfgang von Trips, Luigi Musso, Piero Taruffi o Mike Hawthorn.
Tiempo después, el modelo era una de las piezas más cotizadas de la célebre colección de Pierre Bardinon, todo un signo de la validez y originalidad del modelo. No en vano, el propio Commendatore solía responder que nunca se molestó en cuidar y catalogar debidamente su producción en los primeros años ?porque Bardinon ya lo había hecho por el?.
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