Diseño escultórico
De las líneas del modelo poco más se puede escribir después de los ríos de tinta vertidos en torno al 488. Se trata de una reinterpretación de las fluidas líneas del 458 poniendo especial énfasis en remarcar el músculo a lo largo de toda la carrocería. La silueta sinuosa lateral deja paso a unas nervaduras, inspiradas en las del mítico 308GTB, que redirigen el aire esculpiendo las formas que trazó Pininfarina en el 458 y que el Ferrari Styling Center ha reinterpretado teniendo en cuenta las necesidades de refrigeración del motor turbo. En definitiva, otra obra de arte que parece esculpida por el viento y que no encuentra rival en diseños de otras marcas.
La mayor diferencia estética con respecto al 488 GTB es que este Spider incorpora el techo duro retráctil (RHT) que ya conocimos en el 458 Spider. Este aditamento mejora la insonoridad del habitáculo con respecto a las típica capota de lona y puede abrirse o cerrarse en 14 segundos incluso con el coche en movimiento.
EL Spider más potente jamás fabricado en Maranello
La rigidez estructural del modelo está fuera de toda duda ya que se han conseguido las mismas cifras de rigidez de torsión y dureza que las del Coupé, y lo que es más importante, ha mejorado el rendimiento del chasis un 23% con respecto a su antecesor. Cifras que auguran un comportamiento dinámico de primer orden, acorde a lo que se espera de un bólido del Cavallino. No obstante la deportividad no es el objetivo buscado con el Spider, ya que se han buscado sensaciones de conducción antes que la efectividad que sin duda posee.
En el apartado mecánico seguimos contando con el V8 biturbo de 3.900cc estrenado en el 488 GTB. Este ocho cilindros rinde unos impresionantes 670 CV lo que sitúa al Spider como el descapotable más potente de la marca del Cavallino jamás fabricado. Además se han logrado respetar las cifras de la versión de techo cerrado, 0 a 100 en 3 segundos y 0 a 200 en 8,7, y se ha prestado especial atención en ofrecer una experiencia de conducción libre del temido "Turbo Lag" con una contundente respuesta del acelerador de 0´8 segundos.
Sensaciones a cielo abierto
En el caso de la unidad que nos ocupa Ferrari ha optado por utilizar un color azul para la presentación. El Blu Corsa parece fundirse con el cielo y va en la línea de desmarcarse de la deportividad inherente a los modelos Coupé vestidos con el Rosso Scuderia. Además se han utilizado partículas metálicas suspendidas en la pintura que le confieren un brillo especial que realza sus volúmenes esculturales.
Con este nuevo modelo del Cavallino se sigue con la ya mítica tradición de ofrecer una variante de techo abierto del modelo más representativo de cada ciclo. Así tuvimos versiones abiertas del 458, 430, 360 o 355. Versiones que no pierden un ápice de su deportividad y exclusividad pero que añaden un plus al poder ofrecer sensaciones a cielo abierto al volante de un bólido de la legendaria marca italiana.
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