Década de los noventa, Enzo Ferrari ya no se encontraba en este mundo y durante unos pocos años en Maranello andaron más perdidos de lo que les gustaría admitir. Como se podía comprobar en algunos de los modelos de la época, que eran superados por la competencia incluso en términos de comportamiento. Como era el caso flagrante del 348 tb, que era incluso rechazado por los ejecutivos de Fiat. Además de contar con una gama que adolecía del paso del tiempo en exceso.
En este contexto le fue encomendada la dirección de la marca a Luca Cordero de Montezemolo, que como antiguo empleado de la firma y de la Scuderia no solo tenía experiencia en la gestión, también conocía de primera mano los entresijos de una empresa que durante décadas había sido dirigida no ya por un solo hombre, sino por Enzo Ferrari. Un personaje un tanto peculiar y muy suyo, por definirlo de manera rápida.Montezemolo por tanto tuvo que dar un fuerte golpe de timón a la empresa que por aquel entonces estaba próxima a cumplir medio siglo, y uno de los primeros síntomas de su gestión lo tuvimos en la forma del Ferrari 456 GT.
Este sustituía al ya vetusto 412 GT, que había desaparecido del mercado tres años antes, dejando al Mondial como la única alternativa de 2+2 plazas en la gama de Maranello. Por lo que el 456 GT era el regreso por todo lo alto de la marca al segmento de Gran Turismo de 4 plazas, para lo cual, en Ferrari crearon un V12 completamente nuevo de 5.5 litros, que no tenía nada que ver con el de sus antecesores.
El nuevo bloque contaba con una V a 65 grados en lugar de 60 como el V12 de 5.0 litros que montaba el 412 GT. Disfrutaba de 442 caballos lo que le permitía batir por poco la barrera psicológica de los 300 km / h. Montaba la transmisión en el eje trasero, en esquema transaxle, y estaba disponible tanto en versión manual como automática. Estas últimas recibían la denominación 456 GTA.
El éxito de este modelo fue inmediato, desde su desvelo recibió excepcionales críticas. Alabando sobre todo la increíble silueta dibujada en Pininfarina, que rescataba además las líneas y rasgos de uno de los iconos de la marca, el 365 GTB/4 Daytona. Así mismo, tanto su comportamiento como su presentación interior fueron alabados, marcando la nueva línea que seguirían los productos de la marca a partir de ese momento.
456M GT
En 1998 Ferrari evolucionaba ligeramente el modelo. A nivel exterior recibía un nuevo paragolpes, con los pilotos auxiliares reubicados y el capó delantero, ligeramente modificado. También perdió el pequeño alerón movil que tenía bajo el paragolpes trasero, pasando ahora a ser una pieza fija. El nuevo modelo recibió la denominación 456M GT, la M de modificata.
Así mismo, en el interior recibía nuevos asientos y una nueva distribución de los mandos, además de un nuevo equipo de sonido. A nivel mecánico se practicaron retoques en el área de la refrigeración, pero sin alterar el rendimiento del motor V12.
El 456M GT estuvo en el mercado hasta 2003, momento en el que no solo era sustituido por el 612 Scaglietti, sino que desaparecía el último Ferrari con luces delanteras de tipo retráctil.
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