Hoy en día todo el mundo conoce a Tesla y lo relaciona fácilmente con un fabricante de coches. Es más, Tesla es la punta de lanza de la tecnología de vehículos eléctricos, y así lo percibe casi todo el mundo. Sin embargo, en esa travesía en el desierto que fueron los primeros años comerciales de los vehículos eléctricos, no a todos les fue tan bien.
Henrik Fisker, un prestigioso diseñador conocido por sus diseños de Aston Martin o el BMW Z8, creó su propia marca en agosto de 2007. Con mucha ilusión, tanto él como sus cofundadores, trabajaron en un modelo eléctrico de autonomía extendida y, después de varios rediseños, cumplieron los requisitos para que el Departamento de Energía de Estados Unidos les concediese un préstamo para fabricar nada menos que 100.000 vehículos al año.
Desde entonces, la vida del pobre Henrik se convirtió en una pesadilla. Los primeros modelos del Fisker Karma, que tendrían que entregarse en 2009, llegaron en 2011. La marca empezaba a tener graves problemas económicos cuando su suministrador de baterías, A123 Systems, quebró.
Sólo se fabricaron 2.450 coches, y la mayoría con defectos de diseño que la propia compañía tuvo que arreglar, con la pérdida económica que ello conlleva. En marzo de 2013, Henrik Fisker deja su sueño, y dimite. Además, la marca anuncia su bancarrota oficial.
Ave fénix
El grupo chino Wanxiang se hizo en 2014 con todos los activos de la marca, y anunció que reanudaría la producción. Esto nos lleva hasta hoy. Wanxiang quiere ponerse las pilas para un relanzamiento de la marca en 2016, y lo primero ha sido renovar por completo la imagen de la marca.
Quizá Fisker había dejado un mal renombre en la industria, por lo que a partir de ahora la marca pasará a llamarse Karma Automotive, en homenaje al primer modelo. La gestión y la producción de los modelos seguirá siendo desde su cuartel general en California. Por supuesto, todo el equipo de dirección ha sido renovado.
El modelo que fabricarán seguirá siendo el que hasta ahora se llamaba Fisker Karma, pero con cambios en sus sistema motriz, para alargar la autonomía. La fabricación comenzará en la segunda mitad de 2016, y la marca ajustará el precio, que se espera que ronde los 115.000 dólares americanos.
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