Con la llegada de los TSI del grupo Volkswagen, el asedio al gasóleo que tanto habían promovido ciertas marcas orquestando toda una cultura ya no solo automovilística sino casi social gracias a fuertes camapañas de marketing, parecía claro. Un cambio de rumbo, en parte gracias a la subida desproporcionada del propio gasoil junto a un nuevo enfoque comercial hacía focalizar el próximo objetivo de la industria en poner en jaque a los diesel y Ford no quería quedarse sin su trozo del paste.
Tanto se centró en esta batalla que la introducción de los motores EcoBoost y concretamente el de un litro de cubicaje y tres cilindros ha recibido el premio de Motor del año 2012.
Un reconocimiento de justicia
La llegada de este tipo de motores deja clara las intenciones de los fabricantes: devolver el trono a los vehículos de gasolina más si cabe cuando, curiosamente (o no) ayer conocimos un informe de la Organización Mundial de la Salud alertando de lo que algo llevábamos anunciando hace años: las partículas de la combustión del gasóleo automovilístico son altamente tóxicas. Y es que no hace falta ser científico para darse cuenta que, conociendo el origen del gasóleo, siempre serán más nocivas que las de la gasolina.
De cualquier modo, es un premio muy importante para Ford ya que, no solo ha quedado por delante de otros fabricantes como FIAT y su 900 cc TwinAir, segundo mejor posicionado, sino que hacía más de una década que la marca estadounidense no se hacía con un galardón dentro de esta votación en cualquiera de sus categorías.
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