Sin embargo, a través de las palabras de Carlos Tavares como responsable de PSA Peugeot Citroën ha realizado, empezamos a entrever que la línea DS podría ser algo más que una línea de diseño. De hecho, los primeros indicios apuntan a que la línea DS se podría convertir en una marca con su propia imagen corporativa y entidad, como ya lo son Citroën y Peugeot. De esta forma, se podría decir que aparecería una tercera marca dentro del gigante francés con el objetivo de que el conjunto de ellas fueran rentables para el Grupo PSA, objetivo final de todo este cambio de política.
Gama generalista vs gama premium
Todos estos movimientos pueden llevar a consecuencias evidentes pero que en un primer momento no contemplábamos. De nacer la línea DS como marca, orientada claramente a productos premium para mercados emergentes y también para el viejo continente, lo primero que hay que contemplar es que necesitará desarrollar nuevos modelos. Hasta la fecha el urbanita DS3, el compacto DS4 y la berlina DS5 son los representantes de una gama que debería diferenciarse más del resto de productos de Citroën y Peugeot y dar salidas a prototipos como el Wild Rubis.
Mientras que la obligación de DS sería ampliar la oferta ya que esto es lo que se estila entre la gama premium de cualquier marca de esta categoría, Peugeot y Citroën podrían ofrecer productos muy concretos, pudiendo incluso reducir su gama de vehículos siguiendo las líneas asignadas a cada una de las marcas pero con menor variedad.
De momento todo son suposiciones, pero si finalmente se cumplen, veremos qué papel toman cada una de las marcas definitivamente y como se las apaña el Grupo PSA y Oscar Tavares para conseguir vender esta diferenciación, así como los productos que cada uno de los fabricantes ofrecerá.
Fuente: Automotive News
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