La conducción inteligente abarca muchos aspectos; y es que cuando hablamos de conducir no solo nos referimos al hecho de encender el coche y echarlo andar hasta llegar a nuestro destino, nos referimos a todas las cosas y situaciones que debemos tener en cuenta para lograr el objetivo, y llegar a nuestro destino seguro, sin poner en riesgo nuestra integridad física ni la de las personas que viajan con nosotros en el coche. La metodología de la "conducción segura" consiste en seguir ciertos lineamientos, no solo escritos en los libros de las leyes de transito de cada país, sino también incluir aquellos que, en lo personal, sabemos que son correctos e incorrectos.
Para ejemplificar, podemos tomar el caso de los semáforos en las esquinas de las avenidas. Las leyes de cada país indican que, cuando la luz encendida es la de color rojo debemos detenernos ya que se está habilitando el paso, tanto de peatones como de otros conductores. Se supone que, si nos pasamos la luz roja, corremos el riesgo de obtener una multa por infractores, y estas penalidades generalmente cuestan mucho dinero. Sin embargo, como conductores conscientes y respetuosos sabemos que es nuestro deber respetar las señalizaciones del semáforo pero, ¿qué sucede cuando simplemente decidimos no prestarle atención? Las consecuencias pudieran ser desastrosas. Daños materiales, accidentes, y hasta pudiéramos causarle lesiones a transeúntes y otros conductores. Ya en ese caso, las consecuencias serían más graves, entre ellas, pagar varios años en prisión.
Otro de los aspectos interesantes y que forman parte del día a día de los conductores tiene que ver con la distancia que guardan con respecto al que va adelante. Hay muchos "inconscientes" tras el volante a los que pareciera fascinarles conducir pegados al de adelante; no dejan un espacio prudencial con respecto a quien le antecede, y se caracterizan por sonarles la corneta, pito o bocina, o presionar haciéndoles cambio de luces para que se aparten. Esta clase de conductores no deberían siquiera portar una licencia de conducir, de hecho, en algunos países se están reformando ciertas normas en las leyes de tránsito para que, a quienes incurran en esta falta, les sea revocada indefinidamente su licencia o carnet de conducir.
El negativo exceso de confianza
Es el exceso de confianza de muchos es los que les motiva a conducir de manera imprudente. Lamentablemente no solo influyen los años de experiencia, también toma peso el sistema de frenos del vehículo, el instinto, los reflejos, el estado de las vías, entre otras cosas. Conducir guardando distancias con respecto al de adelante nos ayuda a responder en un momento determinado. Sin embargo, ¿cuál será el tiempo más adecuado para responder ante cualquier situación inesperada que se presente con el coche que marcha delante de nosotros? Pues bien, muchos expertos en conducción coinciden en que el tiempo de respuesta de cada individuo es de un segundo; pero claro está, todo dependerá de la edad de cada quien, y de las capacidades físicas y mentales de todos nosotros, recordemos que existen personas con algunas limitaciones que no les privan de conducir, aunque con respecto a otras a la hora de responder rápido se ven más limitadas.
Ahora bien, otro detalle importante es que no solo basta con el tiempo de respuesta de cada persona, las propias condiciones del vehículo a nivel mecánico también se deben tomar en cuenta. Recuerde, solo el mantenimiento previo nos asegurará un estado óptimo en nuestro coche, que todos los sistemas funciones a la perfección al momento de ser utilizados.
Que dice la ley al respecto
La ley de tránsito nos dice que, cuando circulamos a más de 30 kilómetros por hora, debemos tener por lo menos unos 10 metros de separación con respecto al vehículo que nos antecede, si nuestra velocidad supera los 60 kilómetros por hora debemos guardar una distancia de 25 metros mínimo, y si vamos a más de 80 kilómetros por hora nuestra separación debe ser mínima de 30 metros de distancia.
Qué debemos tener en cuenta cuando conducimos
Las recomendaciones más adecuadas comienzan por uno mismo. Primero, debemos tomar las previsiones del caso y centrarnos en lo que hacemos; al subirnos al vehículo no abordamos un monoplaza o un bólido de carreras, por ende, debemos mantener la calma y el respeto hacia los demás conductores, incluidos los peatones. Mantenga una velocidad adecuada, respetando los límites de acorde a la zona, pero sobre todo, evite caer en conductas inapropiadas incitado por otros conductores insensatos que se creen dueños de las calles y avenidas.
No se distraiga con personas o situaciones que pudieran poner en riesgo su integridad y la de sus ocupantes. Mantenga distancias con respecto al que circula a su lado, y el que viene detrás de usted, solo así se podrá maniobrar y darle tiempo a los demás conductores en caso de cualquier imprevisto.
Mantenga al día su sistema de frenos, y realice una revisión periódica del coche. Si su vehículo va a su máxima capacidad de pasajeros y carga no olvide que mayor será el tiempo que le tomará detenerse, por ello, guarde distancias y circule a una velocidad prudencial.
Las motos y bicicletas
Tanto los motociclistas como ciclistas son los más vulnerables en las vías, debido a esto le recomendamos mantener por lo menos una distancia de metro y medio con respecto a ellos, inclusive cuando los adelantemos. Una ráfaga de viento producida repentinamente por nuestro coche pudiera desestabilizarlos y tumbarlos al suelo, acarreándoles consecuencias muy graves.
Recomendaciones finales
Finalmente no podíamos dejar de mencionar la distancia que debemos mantener cuando conducimos en la noche o cuando llueve. En ese sentido, debemos reducir la velocidad y tratar de guardar unos 4 segundos de distancia para poder maniobrar de manera segura. Nuestra seguridad partirá de nosotros mismos, por ello, seamos responsables, y evitamos cualquier situación que nos conduzca a desenlaces negativos.
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