El próximo mes de diciembre será subastado uno de los modelos más icónicos de la historia, un modelo que forma parte de la leyenda el rock, el Porsche 356 de Janis Joplin, su vehículo personal, que empleaba a diario y que pasó a la historia por la célebre decoración que ella misma encargó en los sesenta.
El Porsche, un 356 C 1600 SC Cabriolet de 1964, será subastado por RM Sotheby´s en Nueva York el próximo mes de diciembre y aunque no dispone de una cotización oficial por la casa de subastas, se espera que se sitúen entre los ejemplos más caros del modelo.
El ejemplar de Joplin ha estado expuesto permanentemente durante dos décadas en el Museo Rock and Roll Hall of Fame de la ciudad de Cleveland, aunque continúa perteneciendo a la familia de la desaparecida cantante, que es quien lo pone ahora a la venta.
La historia del modelo es simple, Joplin se hizo con el en 1968, por lo que era un modelo con cuatro años a sus espaldas, lo compró por 3.500 dólares en el distribuidor Estes-Zipper de Beverly Hills. Pintado originalmente de blanco, le pagó 500 dólares a su amigo Dave Richards para que se lo pintase el coche.
El motivo de la psicodélica pintura fue denominada la "La historia del Universo", y contaba con detalles como el símbolo zodiacal de Janis Joplin, capricornio, entre diversas alegorías. Lejos de ser un mero objeto promocional, el modelo era el vehículo de transporte común para la cantante, que lo empleaba a diario e incluso para desplazarse desde San Francisco hasta Los Ángeles cuando tenía que grabar.
Irónicamente, una de sus canciones más populares rezaba "Señor, por qué no me compras un Mercedes-Benz, todos mis amigos tienen Porsches...". Aunque sin embargo, ella se sentía tremendamente orgullosa de su pequeño Porsche 356 1.600.
Tras la muerte de la cantante el modelo fue puesto salvo por su abogado y entregado a su familia más tarde, que lo puso en manos del que fue el manager de Janis, para años más tarde retornar a la familia, que se decidió por devolverle su color original. Ya en la década de los noventa, aun en propiedad de la familia de la cantante, se decidieron por reproducir la misma decoración que había hecho célebre al Porschey ya en 1995 y con el Porsche reconstruido y repintado como originalmente lo dispuso la cantante, fue cedido al museo donde ha estado expuesto durante 20 años.
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